ᴘᴏᴇᴛɪᴄ ɢɪʀʟ |ꜱᴀɪᴅᴀ|

Twenty Seven

"Vamos a casa" fue lo que me dijo al terminar su turno.

Aquello encendió mi corazón.

Apenas abrí la puerta. La tomé en mis brazos cargándola hasta mi habitación. La descargué con delicadeza poniéndome luego encima, besándola con desespero.

Paseaba mis manos por su cintura hasta sus costillas. Sintiendo como mis caricias la hacían respirar aún más agitado.

Me separé un segundo. Siendo premiada con una bella imagen. Dahyun agitada, su pecho subiendo y bajando rápido, sus ojos ligeramente cerrados y el cabello revuelto.

Me relamí los labios, y cuidadosamente bajé mis manos hasta sus piernas, abriéndolas. Me metí entre ellas y volví a besarla, esta vez bajando por su mandíbula hasta su cuello.

Tantee primero, acariciando con mi nariz antes de chupar y morder su punto de pulso.

–Oh~ –Gimió suave, subiendo su cadera, generando un delicioso roce.

Yo gruñí aún escondida en su cuello y por inercia, simule una embestida contra ella.

–Sana, me enteré que hoy te encontraste con Mom-

–¡Nayeon!– Cogí las sábanas de mi cama y tapé a Dahyun. Aunque estaba completamente vestida.

–¡¿Dahyun?!–

–H-Hola, Nayeon– Dijo aún debajo de las sábanas.

–¡¿Ya son novias?!–

–¿Podrías salir de la habitación? ¡Por favor!–

–Uy, que agresiva... Eh, voy a ir a al parque por ¿Una hora?–

–Dos–

Sonrió pícara.

–Bien, serán dos horas– Me guiñó un ojo antes de salir.

Pasaron unos minutos mientras esperaba que se fuera del apartamento.

–Sanassi, creo que ya puedes destaparme–

–Oh, carajo, lo siento mucho–

Levanté la sábana dejando ver su carita roja y una hermosa sonrisa.

–Lo siento, me dejé llevar– Dije apenada escondiendo mi rostro en su cuello, donde pude sentir con más claridad su delicioso aroma.

–Tranquila– Peinó mi cabello– Me estaba gustando... Hace mucho nadie me acariciaba así–

Yo sabía que no se refería al tiempo en el que estuvo lejos de Momo... No creo que la mencionada haya hecho sentir especial a Dahyun.

Con eso en mente, solté.

–¿P-Puedo hacerte el amor?–

°°°

Dahyun dormía plácidamente sobre mi pecho. Tomé sus delicadas manos y las acaricié con cariño, notando como tenía puesto el regalo que le había hecho.  Dejé un beso en su palma y continué acariciando la extensión de su espalda.

La película que la había arrullado, había pasado a segundo plano para mí. Estaba embelesada observando su tierna carita al dormir.

Mi corazón estaba en calma, al saber que ella estaba a salvo y lejos de cualquier cosa que pudiera lastimarla. 

La puerta de mi apartamento se abrió suavemente, dejándome ver a Nayeon. Le indiqué que hiciera silencio, pues no quería despertar a Hyunie.