Twenty four

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-¿Cómo es que Momo entró a tu casa?- Nayeon analizaba toda la escena mientras yo estaba recostada en el sillón.

-No lo sé, casi que vivía aquí, alguna vez debí darle una llave o algo-

-Vamos a cambiar las cerraduras y le diré al portero que prohíba su entrada-

Yo solo cerré los ojos cansada. Ya no tenía la venda al rededor de mi cabeza, peor mi nariz aún estaba cubierta. Dormir había sido una tortura, porque apoyar la cabeza era doloroso y dormir de lado igual porque la gravedad afectaba a mi nariz.

-¿Cómo no querías que te reventara la cabeza si te golpeaste con la mirilla?- Se acercó a la puerta- Inclusive tiene tu sangre aún-

-Es suficiente, Nay. Haré el desayuno-

-¡No! Tú te quedas ahí, yo cocino-

-Tengo la nariz rota, no los brazos o las piernas-

Me miró mal y me obligó a sentarme de nuevo, para luego irse en silencio a la cocina.

Después de unos minutos las seguí, recostándome contra el mesón.

-¿Vienes a supervisar que haga bien el desayuno?-

Yo, que miraba un punto fijo en la pared, le negué.

-Quiero ir a ver a Dahyun-

-Sana ¿Quieres ir a ver a la novia de la tipa que te dejó así?-

-Por eso mismo quiero verla, quiero asegurarme que está bien-

Suspiró profundamente, y me observó con cierta tristeza.

-¿No crees que es mejor dejar las cosas así? Digo... Podrías conocer a alguien nuevo, salirte de todo este embrollo-

-No puedo dejar a Dahyun sola- Murmuré.

-Sana, no creo que vuelva con esa tipa, ya sabe toda la verdad-

-No lo sé... Nay- Ahora yo suspiré- Quisiera hacerlo, pero, en serio... Desde que Tzuyu se fue, no había podido sentir absolutamente nada más por nadie, no hasta que la conocí a ella, mi corazón volvió a encenderse y, y... Agh no lo sé, estoy muy enamorada de ella y no creo volver a sentirme así en un buen tiempo por alguien más, fue muy difícil y eso me deprime...-

Nayeon me estaba dando la espalda, mientras cocinaba. Estaba en total silencio. Hasta que la escuché murmurar.

-Pero ella ni te quiere ver, Sana...-

Eso me dolió. Fue incluso más doloroso que el golpe en mi nariz.

-Lo siento- Se disculpó rápidamente- Yo, solo me preocupo por ti ¿Sí?- Dijo, mirándome a los ojos.

Algunas lágrimas se me escapaban. Las limpié rápidamente y asentí.

-No llores, Shiba. Te llevaré a hablar con ella ¿Está bien?- Me acarició el cabello- Solo prométeme que te cuidarás, no quiero llegar otra vez a tu casa y encontrarte... No sé, muerta a manos de la salvaje esa- Un escalofrío recorrió su cuerpo.

Un sollozo se me escapó.

–Llorar d-duele mucho– Me quejé.

–Lo sé, es normal–

–No, en serio... Me duele la naríz–

Ella se rio en voz alta, me sirvió el desayuno mientras aún se burlaba de mí.

–Toma, come, para poder darte los analgésicos–

°°°

–Bien, te espero aquí afuera–

ᴘᴏᴇᴛɪᴄ ɢɪʀʟ |ꜱᴀɪᴅᴀ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora