La noche de las luciérnagas es un evento de la ciudad de Busan, lugar al que Kim Namjoon se acaba de mudar después de su divorcio. Esa noche mientras da una caminata nocturna se estrella contra él un chico en patines, el chico por el que dejaría que...
El mar. Jimin nunca había visto el mar como hasta ese día.
Era infinito, imperturbable. Eterno y efímero, al mismo tiempo.
La arena estaba fría, el viento corría de vez en cuando enfriándole el cuello y las orejas. El atardecer había terminado, las farolas de la playa se prendieron una a una. La gente se había ido, sus huellas en la arena se despedían hacia el mundo de nuevo. Jimin debería irse también, hacía frío y estaba oscureciendo. Él no iba a moverse, no quería hacerlo.
No tenía a dónde ir.
Un pequeño cangrejo salió de la arena junto su pie izquierdo, rodeó su presencia y se dirigió al eterno y entero mar.
Tenía 11000 won, una vieja libreta en la mochila, una cámara y un reloj digital casio. No tenía nada.
"¿Qué se supone que debería hacer ahora?" dijo abrazando sus piernas contra el pecho, recargando la barbilla sobre las rodillas.
Su traje negro no servía para alejar el frío de su piel. Los huesos le dolieron casi tanto como le dolía el fondo del corazón.
Todo lo golpeó de pronto. Los últimos días, los meses, los años. Cada imagen que su memoria quiso guardar aleatoria y desordenadamente, aparecieron al mismo tiempo. Cómo una explosión, cómo un torrente incontrolable que lo ahogaba por dentro.
Apretó en el puño el frasco de pastillas que tomó de la habitación azul.
"¿Qué hago ahora sin ti?"
Algo oscuro y viscoso se escurrió dentro de su cabeza, ese algo que ensució todo a su paso e hizo de sus pensamientos un río lento y espeso como la brea. Era inquietantemente tranquilo.
"Vamos, Jimin, te llevaré a casa"
El mar susurraba su nombre, pero no lo llamaba, le pedía que intentara...que intentara vivir.
"A él no le gustaría verte así" Le reprochó una voz joven pero arrastrada. "No te hagas esto, no hagas esto con su recuerdo"
La arena se le pegó a la ropa. Casi olvida la mochila, pero ahí estaba la cámara, ahí estaban sus fotos, ahí estaba él...
¿Pero quién? ¿Quién era?
"No me dejes, por favor, no me dejes tú también"
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22 de junio, 202...
Yoongi llamó esa mañana tan sólo para preguntar por la salud de Jimin y eso, por alguna razón, hizo sentir a Namjoon algo molesto.
―No lo he matado, si esa es tu maldita pregunta, Min ―respondió de mala gana mientras se asomaba a la puerta del dormitorio sólo para comprobar que el chico aún estuviera durmiendo. Jin estaba a su lado, revisando su teléfono celular con el rostro serio.
