Familia

82 16 1
                                    

Finales de septiembre, 2016

Al principio, Jimin creyó que era un sueño, luego pensó que se trataba de una broma por parte del destino. Tal vez fue así.

La verdad era que nadie lo preparó para encontrarse con él después de tanto tiempo. Estaba más alto, más grande, más guapo. Joder, qué guapo era.

"¿Disculpa?" se sintió estúpido de pronto, ¿cómo se le ocurría acercarse así a un extraño en el aeropuerto? Qué tonto, tonto, tonto.

El extraño volteó a verlo. Jimin sintió que el alma se le fue a los pies. Era él, sí lo era. El extraño pareció confundido unos segundos, pero bastó que Jimin pusiera los dedos sobre los labios, cómo siempre hacia cuando estaba ansioso o nervioso, y pudo reconocerlo. Le sonrió.

"¿Jimin?" Su nombre se escuchaba como oro derretido pronunciado por su voz. "¡Dios mío, en serio eres tú".

Lo abrazó sin dudarlo, aquellos brazos lo sostuvieron cómo si tuviera miedo de que se desvaneciera en el aire cómo polvo. Jimin quería llorar, quería fundirse en el pecho familiar que ocultaba su rostro ruborizado. 

"No lo hice" susurró sintiendo un beso en la coronilla del cabello. Él se separó para verlo a la cara, la confusión en sus facciones. "No te olvidé" confesó Jimin sonriendo entre lágrimas. "Yo no te olvidé, Bogum. No lo hice."

Bogum volvió a abrazarlo. Ahí, en medio de toda la gente del aeropuerto, sin importarle nada. Bogum le besó la frente, le acarició el cabello, él también lloraba. "Yo tampoco, Jiminnie, nunca podría".

 "Yo tampoco, Jiminnie, nunca podría"

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

01 de julio, 202...

—Hay algo que tengo que hablar contigo —masculló Hoseok esa madrugada después de que lo recogió en el hospital, donde había pasado la noche luego de caer inconsciente por meterse en una pelea.

Hoseok tenía el pómulo roto y una contusión leve en la cabeza, por lo demás, parecía totalmente ileso y sobrio, para variar.

—Es urgente.

Namjoon no respondió, siguió caminando fuera del área de urgencias y se metió al auto como si nada.

Estaba molesto, no por haber sido despertado de madrugada por Yoongi al teléfono en pánico  porque su amigo estaba desmayado en un hospital de Busan y él estaba en Seúl. No, en realidad, Namjoon estaba molesto porque había sido sacado de la cama que Jimin le había insistido en compartir luego del colapso nervioso que había tenido el muchacho.

Jimin había pasado la noche metido entre sus brazos, llorando de vez en cuando y aferrándose a su ropa cómo si temiera perderlo. Apenas consolado por la excusa que Namjoon se había inventado por lo del noticiero.

Le había dicho que debía tratarse de un error y que llamaría a la televisora para corregirlo. Lo cierto es que debía haber llamado para solicitar información de quien había otorgado la fotografía, dando un paso más cerca de encontrar la verdadera identidad del rubio lloroso que lo miraba desde el sofá con ojos esperanzados. Pero no hizo eso. En su lugar, fingió una llamada y le aseguró a Jimin que había quedado solucionado.

La noche de las luciérnagas ―NamMin°Minimoni―Onde histórias criam vida. Descubra agora