Capítulo 13. La enfermedad del amor

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-¡La secta de los lotos rojos siembra terror en Yiling!

Que gran chisme,piensa Jiang Cheng, camina encubierto por Lanling Jin, está de paso para conseguir medicamentos. Ni siquiera pueden sembrar arroz correctamente.

La vida ha tomado un giro sorprendente. Los planes cambiaron totalmente,pero desde la guerra con los Wen más poderosos nada había salido como se esperaba.

De todas formas,no era su plan ideal prácticamente declararle la guerra a Lanling Jin. Ni siquiera hubiera apoyado la causa de Wei Wuxian,pero verlo con sus propios ojos fue otra cosa.

La gente del clan Wen que habían mostrado lo último de humanidad por ellos, se encontraban en una situación deplorable. Peor aún, Wen Ning había sido víctima de la violencia oculta del clan Jin.

Estaba seguro de que ni siquiera había sido el único.

Recordó bajo la lluvia la cantidad de bestias que hubo en la cacería nocturna,y comprendió que muchas vidas se habían ofrecido como carnadas para semejante festividad.

Sin dudarlo,junto a su familia, lucharon para liberar a los Wen, no se detuvieron hasta que el último se encontrara listo para partir.

Y entonces Lan Wangji apareció.

Realmente tuvo miedo,no por considerarlo un rival, si era presumido, con su actual cultivo nadie era un rival para él o su familia.

Sin embargo,no era lo mismo la fuerza que el corazón. Sabía de los sentimientos de Wei Wuxian por el segundo jade, lo complicado que habia sido aceptarlo y peor aún, que se tuviera que rendir mucho antes de intentarlo.
El segundo jade podría ser el mejor partido en todo el mundo del cultivo,pero no se merecía ni un poco el afecto del Wei.

Pero Wei Wuxian, era débil la mayoría de las veces, había aún rencor en su corazón de Jiang Cheng, al final, Yunmeng Jiang había sido quemado porque su hermano defendió al Lan.

No pudo oír lo que su hermano discutió con el jade, temía tener que luchar una última vez, suponía que aunque no fueran a perder contra el Lan, definitivamente terminarían bastante cansados.

Pero nada de eso pasó.

Lan Wangji se hizo a un lado con la cabeza baja y su hermano dio la señal para que los caballos avanzaran.

Luego de eso todo fue casi automático, no reaccionó hasta que su mente comprendió que se dirigían a los Tumulos funerarios.

El Jiang Cheng de hace dos años, estaría furioso de siquiera contemplarlo como opción. Pero el actual, era mucho más práctico y humilde.

Sabía que sería duro,pero no imposible sobrevivir ahí.

Pasaron meses ahí, y no hubo ningún indicio de Lanling Jin pidiendo un duelo,por supuesto sabía que no les convenía exponer sus faltas. Era mejor dejar que los rumores se acabarán a las desertores del clan Jiang y los resagos del clan Wen.

Sin embargo,lejos de mala fama, la Secta de los Lotos Rojos comenzó a tener fuerza en Yiling.

Ladrones,estafadores y asesinos serán gravemente castigados por ellos. Ni hablar de cualquier energía maligna.

Yiling se ha convertido en un lugar seguro, a pesar de todo, los Tumulos funerarios siguen causando terror,es el hogar de los protectores de Yiling pero como tan fúnebre lugar a podido alojar a esta gente.

Los lotos rojos causan intriga para los no cultivadores, realmente son gente fácil de sorpeender,pero entre el miedo y la curiosidad, existe respeto a esta gente que hace mucho por poco o incluso nada.

Los más jóvenes se encargarán de lo que implique fuerza, los dos mayores estarán cerca para vigilar,purificar la energía  o tratar a los heridos, incluso tienen una doctora espectacular, la gente no puede estar más contenta, a cambio de sus servicios, la gente les da semillas, comida o animales.

Jiang Cheng está orgulloso. Mucho más de lo que alguna vez estuvo en Yunmeng Jiang. Ciertamente extraña su hogar, pero el peso que su padre ponía sobre el se había desvanecido, la comparación con Wei Wuxian ya no se sentía en el aire, habían comenzado su propia secta,incluso su hermana por fin era tomada en cuenta y se situaba a la altura de ambos. Su madre y Wen Zhuliu eran guías,pero confiaban en las decisiones de ellos. Poco a poco los Tumulos funerarios se convirtieron en su hogar. Aunque fue difícil,no lo fue tanto como la primera vez, pudieron construir habitaciones en las cuevas para la gente, cuando la comida escaseó comenzaron a bajar a Yiling para trabajar, cada vez aumentando de nivel hasta que parecían recuperar lento pero seguro su papel de cultivadores, de esa forma pudieron alimentar a los Wen y vivir más o menos con lo necesario.

Podría decir que estaban viviendo tranquilamente, pero detrás de él esfuerzo y las recompensas, sabía que sus dos hermanos sufrían, era difícil para él entenderlos,después de todo,el nunca había estado enamorado. Ya es de noche cuando está de regreso en las cuevas de los Tumulos.

-Wen Qing- la doctora levantó la vista de su pergamino- El amor, ¿es también una enfermedad?

La joven suelta una risa burlona apenas perceptible.

-Los poetas afirman que es el estado de felicidad máxima, te cega de ver los defectos de los demás y casi hace parecer que alrededor todo es perfecto, dime tu si no se escucha totalmente como un padecimiento.

Jiang Cheng se sienta al lado de la doctora.

-¿Alguna vez te haz enamorado?

La pregunta y la forma tan seria hace que ambos se miren confundidos unos segundos,antes de mirar a otro lado algo apenados.

Wen Ning carraspea ocupando sus manos en otra cosa pronto.

-Me temo,que mi vida ha sido ajetreada,el amor es lo último de lo que me quiero contagiar.

Jiang Cheng asiente.

-Haces bien

Se sientan un largo rato en la misma mesa improvisada,no es la mejor pero es funcional, la joven revisa los artículos que le ha traido sin prestar atención,mientras el joven juega nervioso con sus manos. Ambos robando miradas ocasionales al otro.

Lotos RojosWhere stories live. Discover now