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Jungkook

Los tres nos quedamos en silencio escuchando cuando Camil cerró la puerta de la habitación.

-No quiero admitirlo -dijo Chris -pero ella tiene razón -nos miró -tenemos que deshacernos de Joe o nos seguirá molestando por el resto de su vida

No dije nada y Hanako tampoco.

-Iré con ella -dije -pensaremos de esto después

-Bien

Subí las escaleras hasta la habitación y llamé a la puerta hasta que ella me dejó entrar. Se había quitado el saco y los zapatos, cerré la puerta detrás de mi y me acerqué a ella.

-¿Estas bien? -pregunté sentándome a su lado en la cama

-No, me lastimé en algún momento -me mostró su mano con la herida desde su dedo hacia su nudillo

-Déjame ayudarte

Ya había conseguido las cosas para curarse así que solo las tomé.

-Me alegra que sepas defenderte -dije

-¿En serio?

-Sí -sonreí -puedo estar un poco más tranquilo, entré un poco en pánico al ser cuatro contra uno

-Bueno, ahora puedes esconderte detrás de mi -levanté la mirada para verla -yo voy a protegerte -sonrió y yo también

Eché un poco de aire a la herida con mi mano cuando puse el desinfectante.

-Prefiero seguir así, que tu te escondas detrás de mi

-Solo te diré que sí

Envolví su dedo con un poco de gasa.

-Si te digo que no, solo discutiremos y no llegaremos a ningún lado

-Discutiría eso -la miré -pero no tengo ganas

-Ni yo

Los dos nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos.

El día que decidí fingir mi muerte no estaba seguro si algún día podría volver con ella, mi plan era hacerlo, buscar la manera de volver con ella, pero no sabía por cuanto tiempo, así que tenerla frente a mí me hacía muy feliz.

Tomé su mano y dejé un beso por encima de la gasa, después uno sobre su piel en su piel y uno más en su muñeca.

-Lamento que tengas que pasar por todo eso por haberte casado conmigo -susurré

-Ciertamente, es un poco divertido, algo diferente en mi vida es... divertido

Dejé mi mano en su mejilla y me acerqué a ella para besarla, besos suaves, delicados, concentrados en disfrutar de ella, de su aroma, de su cercanía a mí, de sus labios suaves, de todo. Dejé un beso en su mejilla, luego en su barbilla y uno más en su cuello.

-¿Me permites volver a ser tu esposo?

-Eso iba incluido en mi perdón

Sonreí ante la respuesta. La tomé de los hombros para recostarla sobre la cama, me moví encima de ella. Sus ojos me miraban fijamente, su cabello brillante se abría como un abanico alrededor de su cabeza, su camisa blanca le daba un tono rosado a su rostro, un tono que la hacia ver hermosa.

Desabotone el primer botón de su camisa, el segundo, el tercero y hasta el último, llevando mi mirada de mis manos a sus labios que se presionaban y se aflojaban con cada movimiento de mis dedos. Deslice mis dedos en su estómago, apartando la tela de la prenda blanca y deslizando mi mano por su espalda baja. Acerqué mis labios a los de ella, sus manos se aferraron a mis brazos y después las deslizó a mi cabello, si los besos al principio fueron suaves y lentos, ahora eran apresurados y desesperados.

Sus manos deslizaron el saco para quitármelo y después desabrocharon los botones de mi camisa para también quitármela.

Sus ojos brillaron y una sonrisa salió de sus labios.

-¿Qué sucede? -sonreí

-Tus ojos brillan

-Es normal, tengo una excelente imagen desde aquí

Los dos sonreímos, deslicé mi otra mano por su espalda baja para abrazarla con fuerza, para presionarla contra mi cuerpo lo más que pude, para disfrutar de ella, de sus manos sobre mí, de su aliento en mi oído, disfrutar de Camil.

Si tengo que matar a Simon y Joe, lo haré, todo con tal de que esta mujer, mi esposa, este a salvo y a mi lado, por ella haré cualquier cosa.

Cuando abrí los ojos, la luz del día iluminaba la habitación, pero todo fue mejor cuando me di la vuelta en la cama y me encontré con ella, aún estaba dormida, su cuerpo estaba cubierto con las cobijas, su cabello despeinado y ella abrazaba la almohada cómodamente. 

Me acerqué a ella para abrazarla con cuidado y no despertarla, cerré los ojos y traté de dormir un poco pero no duró mucho cuando los golpes en mi puerta me hicieron volver a abrir los ojos.

-Chicos -era Chris

-Voy

Me levanté de la cama y me envolvía una pequeña manta que encontré en mi camino sobre mi cintura para poder abrir la puerta.

-¿Qué pasa?

-Tenemos que irnos, ahora

-¿Qué sucede?

-Nos encontraron, encontraron la casa y Albert viene hacia acá

-Maldita sea

Cerré la puerta y corrí a tomar mi ropa para poder ponérmela.

-¿Qué pasa? -despertó ella aun un poco confundida

-Tenemos que irnos, vienen por nosotros

No necesito más explicaciones, saltó de la cama a ponerse su ropa y entre los dos hicimos maletas. Abajo las cosas eran igual Hanako y Chris corrían de la casa a la camioneta metiendo todo lo que podían y lo que necesitaban con prisa.

Nadie decía nada, todos nos concentrábamos en dejar la casa lo más rápido posible, solo cuando estuvimos en la camioneta, lejos de la casa hablamos.

-¿Qué fue lo que escuchaste? -pregunté

Camil y yo íbamos atrás, mientras que él manejaba y Hanako iba de copiloto.

-La hermana de Hanako escucho la orden por los radios de la policía -dijo él -la trampa fue esa, hacernos ir a casa de Didier, no sé para qué, tal vez desde ese momento esperaban seguirnos, pero fuimos más listos y tuvieron que ponernos una trampa con la subasta y ahora sí nos atraparon

-Puede ser -dijo Camil -el cuadro que estaba a la vista era la carnada, pero como nos llevamos el que estaba guardado, tal vez no funciono su primer plan, por eso nos hicieron caer con lo de la subasta

-Eso le da mas credibilidad a que el cuadro que tenemos nosotros -dijo Hanako -es el original

-Puede ser -dije

El cuadro lo llevábamos en un tubo negro, guardado. 

Vida Doble (JeonJungKook)Where stories live. Discover now