Capítulo 23

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Louis se había sentado en soledad durante un momento. Solo era capaz de observar los cuerpos en línea de la fila que tenían delante; había tenido que sentarse para descansar de la multitud de sensaciones que le estaban invadiendo desde que el concierto había dado comienzo. Por otro lado, Amalia, estaba de pie, sonriendo hacia el escenario y hablando por momentos con dos chicas que le habían preguntado cómo es que le gustaba alguien tan diferente en edad a ella como lo era Harry. Ella les había respondido, directamente, que su nieto, estaba profundamente enamorado de Harry y que no le había querido dejar solo. Louis había elevado la vista al inmenso techo y había suspirado, no lo había negado, sin embargo.

Pero había necesitado un respiro después de If I could fly porque había sido hasta ese momento una de sus canciones favoritas y escucharla en directo, con el chico que llevaba meses quitándole el sueño metido profundamente en ella, no le había dejado muchas fuerzas internas.

-¿Estás bien?

Harry estaba caminando por una de las tarimas centrales del escenario, caminando hacia la posición normal, después de haber utilizado una de los escenarios laterales para cantar en acústico.

Louis levantó la cabeza y sonrió a Amalia. Por supuesto que no estaba bien.

-Claro. Voy a ir al bar a comprar agua, ¿quieres algo?

-¿Te acompaño?

-Para nada.

-Agua está bien, cariño.

Louis asintió, echó una última mirada al escenario y asintió para sí mismo antes de caminar entre las personas que formaban su fila y sumergirse entre los corredores a una distancia prudencial del peligro.

No sirvió de mucho puesto que justo frente al bar, como ayuda para aquellos que necesitaran algo de comer o beber, había dos pantallas de televisión lo suficientemente grandes como para que Louis pudiera alcanzar a ver a Harry con casi mejor definición que en directo.

-Me pones dos botellas de agua- le dijo al camarero, que asintió y se acercó a unas neveras en la parte baja de la barra.

Louis pagó y se volvió hacia una de las pantallas abriendo la botella y echando un trago seco, como si se tratara de tequila, eso le habría venido bastante mejor.

-Nací en un pueblo de Inglaterra- comenzó a hablar Harry al micrófono. La guitarra acústica había pasado a uno de los miembros de su banda y, mientras el conjunto se preparaba, Harry hacía la introducción del tema-. Pensé durante muchos años, casi toda mi vida, que allí estaba mi hogar. Mi madre vive allí, mi hermana vivía allí, todo el vínculo familiar que tengo es de Holmes Chapel, por lo que nunca llegué a pensar que el hogar podía estar en otro sitio.

Louis se sentó en una de las banquetas de la barra y suspiró. Supo qué iba a cantar Harry sin necesidad de que el chico dijera una palabra más. Sin embargo, no se permitió el lujo de hacer oídos sordos a todo aquello.

-Pero conocí a esta persona hace algo más de un año...

El público guardaba silencio, como si no hubiera palabras más importantes que aquellas.

-Yo, tonto de mí, pensé que esta persona no tenía hogar... Había perdido a su familia, no viajaba al lugar que le vio crecer, no tenía amigos, en plural... Pensé que no tenía hogar. Compartimos un sitio que era mío y pasó a ser de los dos. Y entre lugares físicos me di cuenta de que era yo quien, pese a creer tener un hogar, necesitaba entender que no lo tenía realmente... Al menos no uno como siempre lo había imaginado...Esto es Sweet Creature.

Louis había escuchado muchas veces esa canción, era una de las más repetidas en sus listas de música tanto en el móvil como en el ordenador, sabía cada palabra, cada nota mentalmente, la tarareaba al cocinar y al evadirse de la realidad. No la escuchó esa noche.

El Café 17 - Louis y HarryWhere stories live. Discover now