El Café 17 - Louis y Harry

Prólogo - El café 17 - 2ª parte

Volvemos con la segunda parte de esta historia. 

Todo comienza con Louis y Liam  en Nueva York, a la que volvieron cuando todo explotó entre Harry  y Louis. Zayn y Niall en Londres y Harry regresando a la capital inglesa, después de algún tiempo en Ghana, y  trayendo nuevas noticias. 

Gracias por leer y comentar. 

Seguimos...  

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-He estado pensando si sentarme como diez minutos.

-Opción final incorrecta, me temo.

Louis no se giró, su mirada siguió clavada en el lago y sus manos cruzadas sobre sus rodillas, la seriedad no se marchó del rostro y esperó, sin mucha paciencia, que la señora se marchara sin decir nada más. No tuvo mucha suerte.

-Lo siento, pero-

-No.

-Sí.

-No hace falta, sé lo que me va a decir. Gracias, de nada, tenga un feliz día- se adelantó Louis, levantándose de golpe y comenzando a caminar sin mirar atrás.

-Espera, por favor.

La mujer, emocionada como se encontraba, no vio las claras señales que le pedían mantenerse a una distancia prudente, en silencio, que le pedían dejar pasar el tiempo y simplemente vivir con ello.

Louis avanzó con más rapidez, no llegó a correr pero no entendía, nunca entendería, la insistencia de algunas personas. No quería dejar de caminar tranquilamente por el parque, no quería no poder sentarse a simplemente observar el paisaje, a respirar aire puro saliendo sin salir de la gran ciudad, no quería dejar de hacerlo, pero había tenido altercados como aquel en demasía las últimas semanas y bueno, él simplemente no lo soportaba.

No le solían tocar, eso era pasar límites que casi todo ser humano entendía, pero el brazo de la mujer tiró de él con fuerza.

-¡Señora!- dijo él, elevando la voz y haciendo que algunos curiosos se giraran hacia el lugar-. No es un buen momento- dijo, como una de sus frases recurrentes que normalmente mantenía a los curiosos entretenidos.

-No lo será nunca, Louis.

-Posiblemente no.

No quería hablar con ella, no la conocía, no era importante, nadie era realmente importante. No le conocían, no tenían ningún derecho a pararle por la calle, a exigir cosas que no quería dar o no podía dar. Simplemente no entendía por qué no podía mantener una barrera real que apartara a aquellos que él quería que se mantuvieran apartados.

-¿Podrías escucharme un minuto y después marcharte? No hace falta que digas ni una sola palabra.

Louis elevó sus ojos de la mujer y miró a su alrededor, donde se había congregado un grupo demasiado numeroso de personas mirando la escena.

Había tenido problemas con su editora porque cada vez era más complicado mantener a la prensa alejada de la idea de un Louis Tomlinson odioso e irrespetuoso con la gente que le daba de comer, así es como habían llamado a los que leían sus libros, los que le daban de comer. Y pese a que Louis realmente odiaba esos momentos, porque lo hacía, no creía que fuera más irrespetuoso que cualquier otra persona a la que pararan porque sí por la calle.

Accedió porque vio una cámara, un chico con un móvil en alto apuntando a la escena, tuvo ganas de sonreír sarcásticamente antes de avanzar hacia él y destrozar el teléfono contra el suelo. Solo sonrió irónicamente y asintió una sola vez.