Capítulo 28

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Louis tenía sus maletas preparadas junto a la puerta, un par de cajas a un lado y una bolsa con fiambreras que la señora Freeman le había preparado con comida para varias semanas y con postres y galletas para ahogar las penas los primeros días.

-Hay noche de micro abierto hoy...- le dijo Liam con tristeza mientras sacaba una nueva caja de la habitación de Louis y la dejaba junto a las demás-. Podrías quedarte y yo mismo te acompañaría mañana por la mañana.

-He quedado hoy con el casero, me va a enseñar el lugar y no puede mañana; además, quizá hasta me alegre de no tener que escuchar tus berridos esta noche.

-Repíteme otra vez por qué no quieres que te acompañe- insistió Liam por cuarta vez en las últimas horas.

-No es que no quiera, Liam- dijo Louis con un suspiro-. Pero me marcho de aquí para intentar buscar algo de soledad por el momento. No es como si no fueras a estar allí cada dos días porque me echas de menos y necesitas mis comentarios sarcásticos para vivir- bromeó-, pero me gustaría llegar solo a la casa, sentir que es mía; ya sabes lo que me cuesta hacerme a sitios nuevos; además, si vienes conmigo alargaré el tiempo que te echaré de menos.

-Yo ya te echo de menos.

Louis se había replanteado los últimos días su decisión de mudarse al norte, de encontrar una casa demasiado grande para él y dejar la ciudad que le había visto en sus mejores momentos. Él amaba Londres, una parte de él quería quedarse escondida en aquel apartamento llenando la tripa con las pastas del café y leyendo libros sin dormir. Pero ese no era el sueño de su vida, ese sueño que quería recuperar. Y los sueños empiezan a hacerse realidad con un primer paso.

-Tengo que volver el fin de semana que viene, tengo la reunión con el equipo de marketing y ya tengo dos fechas para firmar libros en el centro.

-Pero serán visitas fugaces... ¡No quiero vivir con Zayn!- gruñó, lloriqueando como un niño Liam.

-No seas bobo, adoras la idea y en cuanto ponga un pie fuera de este lugar Zayn pondrá el suyo dentro. Vais a ser muy felices y solo me fastidia un poco perdérmelo.

Louis miró su reloj y se dio cuenta de que el tiempo apremiaba.

-Tengo que marcharme, he puesto el ticket una hora y está apunto de acabarse, si me ponen una multa tú serás quien la pague.

Liam se dio por vencido y asintió cogiendo una maleta y la bolsa para ayudarle a bajar todo. Louis se quedó unos segundos atrás para despedirse del lugar; volvería a él, porque no mentía al decir que vendría mucho a la ciudad, pero no sería lo mismo. No había sido el mejor lugar del mundo y estaba lleno de recuerdos contradictorios en su pecho, pero iba a extrañar el lugar, iba a echar de menos la rapidez en la que se encontraba en la librería y lo poco que tardaba en tener frente a él un desayuno con dulces y café amargo profundo.

No quiso darse más latigazos internos y cogió una de las cajas.

-¡Eh! Acabo de ver a Liam cargando el coche, ¿te ayudo con algo?

-Niall... gracias, sí, coge una de esas cajas, ya solo queda una de las maletas, Liam la puede bajar después.

Espero a que Niall cargara la caja y bajaron juntos por las escaleras.

-Liam me ha dicho que quieres hacer una cena de inauguración.

-Sí, bueno, seguro que tengo que comprar algunas cosas, el propietarios me ha dicho que está medianamente amueblado, así que igual me encuentro con un colchón y una nevera portátil... Pero en cuanto me asiente me gustaría que vinierais a verla, todos vosotros, incluso podríais quedaros a pasar la noche, el pueblo tiene sendas naturales cerca y podríamos dar un paseo el domingo; nada fuera de lógica, también me gustaría que vinieran la señora Freeman y Amalia.

El Café 17 - Louis y HarryWhere stories live. Discover now