Capítulo 3

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Cuando solo quedaron ellos en el café a última hora de la tarde y Niall había terminado de recoger mientras Zayn desayunaba, el rubio se acercó a la barra y chasqueó su lengua un par de veces contra el paladar llamando la atención del otro, que intentó no hacerle el menor caso hasta que fue prácticamente imposible.

-¿Qué le has dicho?

Zayn no contestó y ocupó el tiempo arrancando un pedazo de magdalena de arándanos con sus dedos y metiéndoselo en la boca.

-No lo preguntaría si no me hubieses mandado a la mierda tres veces por su culpa desde que apareció ayer aquí. Ayer, Zayn.

-Si te mando a la mierda nada tiene que ver él, quizá deberías dejar de meter tus narizotas en todos los asuntos y centrarte en organizar tu vida, Niall- le respondió, con el mismo énfasis en su nombre que el rubio había mostrado al nombrarle a él.

-No lo fastidies, me cae bien. No quiero que empieces a marearle y no vuelva a venir. Es simpático.

Zayn suspiró; el suspiro no fue voluntario, simplemente era una aceptación sin voz de la razón que Niall llevaba con ese comentario, pero no dijo nada al respecto. Había ocurrido alguna vez, no muchas, que Zayn se pasaba de tuerca con algún cliente y este no volvía a aparecer de nuevo por el café, y normalmente nadie les echaba de menos cuando pasaban unos días, pero Liam era su vecino, tendrían que verle de vez en cuando, y Niall conocía bien lo incómodos que podían ser esos encuentros.

Normalmente tanto Harry como él cuando rompían una relación, o incluso cuando dejaban de querer ver a alguien, eran sinceros y tenían bastante mano izquierda. Sin embargo, Zayn era de dejar de llamar, de pasar completamente o incluso de cortar lazos por mensaje de texto; algo que Harry aborrecía y Niall, pese a que acababa por aceptar, luchaba por entender.

-¿Sabes acaso quién es su compañero de piso?

-Lo dijiste ayer, ¿no? Louis algo.

-Louis Tomlinson, Niall, ¿no te suena el nombre de nada?

Niall lo pensó un momento y acabó por abrir los ojos sorprendido ante su capacidad de comprensión. Zayn suspiró al ver su rostro entrando en contacto con el entendimiento y sorbió su café que empezaba a templarse.

-Hemos hablado esta tarde de él y no he caído...- le dijo, comprendiendo que en cuanto llegara Harry las cosas iban a ponerse intensas-. ¿Tendríamos que llamarle?

-No- dijo Zayn tajante.

-Pero... ¿Es ese escritor que él idolatra? ¿No es él? Mira que he pensado veces en ello, pero... las conexiones de mi cabeza a veces simplemente se deshacen.

-Es él. Por eso quiero hablar con Liam. Si llamamos a Harry estará aquí mañana por la mañana, cogerá el primer vuelo y aparecerá sin duchar, perdido en la adoración y tan emocionado que no le podremos intervenir. Quiero que cuando venga podamos decírselo y controlarle desde aquí. Va a ser arrollador para él.

Niall se quedó pensativo un momento y acabó por asentir entendiendo el punto de Zayn.

-Le voy a pedir a Liam que le firme el libro, le daremos una sorpresa cuando vuelva y después le contaremos lo que ocurre. También quiero avisar a Liam de que cuando Harry llegue puede pasar cualquier cosa.

-No me extrañaría que ese tal Louis se despertara a las cuatro de la madrugada con la cara de Harry pegada a su almohada viéndole dormir. No sé cómo no me acordé de decírselo a Liam ayer. Harry hablaba sobre él a todas horas el año pasado, ¿te acuerdas? Hizo que medio barrio se leyera su libro. ¡Hizo que escribieras en la pared una frase de su libro! ¿Cuál es, por cierto?

El Café 17 - Louis y HarryWhere stories live. Discover now