Capítulo 6

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Harry había salido del aeropuerto de Kotoka esa misma mañana sin avisar previamente. Sabía que llegar en plena noche de micro abierto iba a ser una gran sorpresa para sus amigos y a Harry le encantaba ver la sonrisa en rostros ajenos más de lo que le gustaba a él sonreír.

Así que se había tragado una hora de taxi desde el aeropuerto, pese a que siempre Zayn iba a recogerle cuando llegaba, para ver los ojos de su mejor amigo de esa manera frente a él al entrar, todavía con la maleta, en el café que tanto había extrañado.

Zayn saltó de la barra, sin pararse a mirar si iba a caer sobre algo o alguien al hacerlo, y casi corrió hasta estrellarse entre los brazos de Harry, que le abrazó de vuelta con fuerza.

-Estás demasiado contento de verme, ¿no?

Pero pese a la indirecta Zayn no se separó y se movió un poco contra él gracioso. No pensaba decirle lo que había pasado segundos antes de que él llegara; sabía que tendría que contárselo, pero no en ese mismo instante, cuando su única intención era abrazarle y hacerle sentir con ello todo lo que le había echado de menos.

No se habían separado todavía cuando oyeron el grito de Niall desde el otro lado del café y sintieron su cuerpo pegarse a ellos dejando a Harry entre ellos, que se rio del gusto.

-Zayn se ha enamorado- dijo el rubio, ganándose inmediatamente un gruñido del moreno, y una mirada interesada de Harry, que pese a la noticia no había perdido su sonrisa amplia, esa que dejaba a la vista la intensidad de sus hoyuelos y el verde de sus ojos.

Zayn le pegó un golpe en la nuca a Niall, pero al momento volvió a los brazos de Harry, que se rio pasando una mano por la espalda de Niall y acercándole también a ellos.

-Esto ha sido un infierno sin ti, no vuelvas a irte.

Y algo en el estómago de Harry se contrajo.

No, no iba a hablar de ello esa noche, no era el momento apropiado para hacerlo; sabía perfectamente cuáles iban a ser las reacciones de sus dos mejores amigos y por nada del mundo quería estropear su primera noche de vuelta a Londres y al café, necesitaba paz al menos por unas horas.

Harry repasó el local con la mirada y agradeció internamente que nada hubiera cambiado, no se había ido más de un mes, pero a veces cuando volvía Niall había cambiado algún cuadro o Kim había movido alguna mesa, cosas simples pero que entristecían a Harry, aunque nunca lo fuera a decir en voz alta.

-No he pasado por casa- dijo-, pero quiero ir a ver a Amalia antes de que cierre. Dejo la maleta aquí y vuelvo en diez minutos, ¿vale?

Nial asintió cogiendo la maleta por el asa y Zayn se quedó parado mirándole. Harry les sonrió a ambos y les dio un beso en la frente a cada uno con un ligero abrazo incluido.

-No sabéis lo que os he echado de menos- dijo, antes de sonreír de nuevo y volverse a la salida para cruzar la calle.

Y lo había hecho, no era una mentira piadosa antes de soltar la bomba que se les venía encima. Lo había hecho y lo haría.

Harry había descubierto en viajar una salida para la presión que su corazón sentía al pararse demasiado en un lugar concreto. Y en Ghana había encontrado un cúmulo de sonrisas que le hizo ver que la humanidad no estaba del todo perdida. Harry era tan libre que el solo hecho de pensar en que alguien le prohibiera hacer lo que sintiera en cada momento era sinónimo de malestar interno. Pero la oportunidad estaba a veces delante de él y en determinadas ocasiones no se puede negar lo que uno misma sabe que anhela.

Habían viajado por primera vez los tres a Ghana hacía dos años, Niall y Zayn no habían vuelto de nuevo, pero Harry adoraba el lugar que habían ayudado a construir y se había medio enamorado de todo ello. Le era complicado pasar más de cuatro o cinco meses sin hacer una visita que normalmente no iba más allá de una semana o dos; ese viaje había sido el más largo hasta la fecha, pero no había sentido la necesidad de volver hasta había hecho un par de días.

El Café 17 - Louis y HarryWhere stories live. Discover now