Parte 22

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Michael

Alaska apareció en el set de grabación a primera hora en la mañana, no sabía que estaba buscando, pero sabía que pronto iba a descubrirlo.

— ¿Qué estás haciendo aquí? – digo tomándola del brazo y sacándola del edificio

— También es un gusto verte – dice sarcástica

— No estoy para tus jueguitos Alaska ¿Qué estás haciendo aquí?

— Solo quería hablar contigo, necesito un pequeño favor.

— No – digo – no te hare ni un favor, si no quieres que llame a la policía vete.

— Cariño, en este país tu orden de alejamiento no vale nada – dice riendo – pero no estoy para hacerte enojar, ¿podemos hablar?

Lo pienso un momento y acepto

— Bien iremos al restaurante de mi hotel, no quiero que nadie especule cosas.

Llegamos al restaurante y pedimos algo para beber, Alaska da vueltas sus palabras una y otra vez y es cuando me doy cuenta de que algo está planeando.

— Sea lo que sea que estes pensando la respuesta es no.

— Por dios Michael deja la paranoia.

Bebo mi refresco calmadamente y me comienzo a sentir mal, ella se pone de pie y pasa mi brazo por su cuello ayudándome a ponerme de pie.

Despierto en mi cama mientras Alaska me está quitando la ropa, escucho a lo lejos sus palabras y me vuelvo a dormir.

— Que comience la fiesta – escucho que dice.

Escucho voces otra vez, trato de abrir los ojos y no puedo. Luego siento mi cara húmeda y abro los ojos de golpe y veo a Amy a mi lado.

— Amy ¿Qué demonios? – pregunto con la garganta seca

— ¿Cómo pudiste? – me pregunta al borde de las lágrimas.

— Cariño despertaste – dice Alaska acostándose a mi lado – le dije que estabas durmiendo, pero insistió en que quería hablar contigo.

— ¿Qué carajos Alaska? – digo furioso, miro mi cuerpo y trato de taparme un poco más – Amy...

— No hace falta decir nada, todo está muy claro – dice sacándose el anillo y dejándolo en la mesa.

— Amy – digo tratando de ponerme de pie – Amy, nena...

Pero es inútil ella ya ha salido de la habitación, veo como Alaska comienza a vestirse y la rabia crece dentro de mí.

— ¿Qué carajo has hecho? – pregunto mientras me acomodo en la cama, mi cabeza da vueltas y me dan ganas de vomitar

— Solo te hice un pequeño favor, me lo agradecerás más tarde.

— Estas loca Alaska, me has jodido la vida.

Ella se ríe y se marcha por donde minutos antes a salido Amy.

Una hora más tarde estoy totalmente despierto y cuerdo, llamo a Sara y le pido que me programe un vuelo a casa lo antes posible.

Cuando aterrizo en Estados Unidos voy directo al departamento de Amy, según mis cálculos y si imagino que luego de encontrarme volvió aquí ya debería estar ahí.

Cuando entro todo está en silencio busco rastro de ella, pero no encuentro nada. Me siento por lo que parecen horas en el sofá pensando en que decirle. Cuando escucho la puerta me pongo de pie y la veo ahí parada como si no me esperara.

— Nena, gracias a dios. Pensé que algo te había sucedido – digo mientras me acerco a ella.

Da un paso atrás chocando con la puerta

— Aléjate de mí – dice empujándome lejos – aléjate de mí, no te quiero cerca.

— Nena déjame explicarte – digo con tristeza

— No, no hay nada que explicar.

— Nena por supuesto que debo explicarte lo que está sucediendo, te amo.

— No, no digas que me amas – dice gritando – no cuando te pille en la cama con otra, estúpido infiel – dice golpeándome en el pecho

La miro sorprendido por sus palabras y doy un paso atrás. Sus palabras son un golpe para mí, jamás le haría algo así.

— Te odio, te odio, te odio – me grita, la veo hacer una mueca de dolor y hacer al suelo. La tomo entre mis brazos mientras llora.

— Amy – digo abrazándola – nenas ¿estas bien?

Se retorcía entre mis brazos y no sabía que hacer, no sabía que es lo que estaba pasando.

— Nena háblame por favor – digo con desesperación – llamare a la ambulancia.

Tomo el teléfono y comienzo a llamar a emergencia y a Sara, en un momento Amy se había desmayado entre mis brazos.

— Nena no me hagas esto por favor reacciona – digo llorando mientras la abrazo más.

La ambulancia llega minutos después, Amy aun no reacciona y se la llevan dejándome atrás.

— Ya llamé a su amiga y su familia – dice Sara a mi lado – debemos ir al hospital.

Asiento y me subo en el lado del copiloto en piloto automático mientras Sara conduce.

Horas después esto sentado a su lado tomando su mano mientras esperamos a que reaccione.

— ¿Qué fue lo que paso? – dice Isidora a mi lado

— No lo sé, estábamos hablando y de repente cayó al suelo y luego se desmayó.

— ¿Solo estaban hablando? – dice riendo – ¿estas jodiendo conmigo? Porque si te quieres reír de mi te advierto que ya se todo lo que paso.

— No paso nada, demonios – digo pasando mis manos por mi pelo

— estaba drogado Isi, jamás le haría algo así a Amy la amo y lo sabes.

Ella me mira dudando de mis palabras

— No es a mí a quien debes darme explicaciones

— Lo sé, pero ella no quiere escucharme

En ese momento entra la doctora a la habitación y despierta a Amy.

— Buenas noches, Amy – dice sonriente – ¿cómo te encuentras?

— ¿Dónde estoy? – pregunta y tomo su mano.

— Estas en el hospital tuviste un desmayo.

Amy mira a su alrededor y suelta mi mano.

— ¿está todo bien? – pregunta llorando

— ¿Imagino que estas enterada en el estado que te encuentras? – pregunta la doctora y Amy asiente

— Si, podemos hablar en privado

— Por supuesto, por favor podrían salir – dice mirándome y luego mirando a Isidora.

— No, ella no. – dice por su amiga – solo él.

Me pongo de pie sin entender nada y salgo de la habitación sentándome en una silla en la sala de espera.

Solo espero que Amy este bien

¿A qué se refería la doctora con su situación?

¿Acaso Amy estaba enferma?

¿hay algo que me está ocultando?

¿o solo sigue enojada por lo de Alaska?

Enamorando al ENEMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora