Parte 39

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Compromiso

Al día siguiente, Michael organizo una cena en su restaurante. Estaban nuestros amigos, nuestra familia y gente cercana a él.

Isidora se movía de un lado a otro nerviosa

— ¿te puedes tranquilizar loca? – le digo mientras la tomo del brazo – ¿se puede saber por que estas tan nerviosa?

— Son ideas tuyas, estoy bien – dice por fin mirándome y dándome una sonrisa

— ¿estas segura? De verdad me estas poniendo nerviosa.

— Sí – dice dando un gran suspiro – todo esta bien, solo tengo hambre.

— Ok, vamos a la cocina por algo.

— ¡no! Puedo esperar. – la miro extrañaba

Comienzo a poner atención a mi alrededor y todo se ven sospechosamente nerviosos, como si algo ocultaran.

— ¿sabes donde esta Michael? – le pregunto cambiando el tema – se supone que estaría aquí antes que nosotras.

— Se supone – dice mordiéndose las uñas – es un completo idiota.

Me rio de sus palabras, todo el mundo se acerca hasta a mí y miran la puerta de entrada. Hago lo mismo y veo a Michael con nuestra hija de la mano ayudándola a caminar. Una sonrisa cruza mi cara, trae un su pequeña mano una canasta de mimbre.

Las luces bajan de repente y comienza a sonar una suave música, miro a todos lados sin entender nada. Cuando Michael llega a mi lado mi madre toma entre sus brazos a Michelle, Michael toma una caja de la canasta y se pone de rodillas delante de mí.

Mis manos sudan mientras él abre la caja y me muestra un anillo con pequeños diamantes rojos.

— Amy Miller, desde el primer día que te vi super que habías robado mi corazón y jamás volvería a pertenecerme, eres todo lo que espere y más, la vida no podía haberme entregado a una compañera más perfecta que tú, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. ¿quieres ser mi esposa?

— Sí – grito tirándome sobre él y cayendo al suelo juntos mientras le lleno de besos la cara. – sí, sí, sí.

— Te amo nena – dice ayudándome a ponerme de pie – este anillo era de mi madre, quiero que lo tengas tú.

Miro el anillo en mi dedo y sonrió, estoy segura que sus padres estarían orgullosos de él.

Todo el mundo se acerca a felicitarnos, estoy tan feliz. Desde ahora mi vida será todo lo que siempre soñé.

La boda

estoy caminando por el pasillo de la iglesia con un vestido corte princesa, Michelle camina delante de mí tirando pétalos de rosas. Mi padre me lleva del brazo mientras mi madre espera en la primera fila con Diego nuestro pequeño hijo.

Michael esta con una gran sonrisa esperando por mí.

— Si quieres correr de aquí solo tienes que decirme ¿vale? – dice mi padre en mi oído haciéndome reír.

— Papá no hay otro lugar donde quisiera estar.

— ¿estas segura? Siempre puedo sacar la escopeta del auto.

— Papááá, basta han pasado años. Tenemos dos hijos no quiero correr.

— Está bien – dice suspirando – te amo preciosa, estoy muy orgulloso de ti.

— También te amo – le digo justo cuando llagamos al altar.

Me da un beso en la mejilla y le da un abrazo a Michael.

Enamorando al ENEMIGOWhere stories live. Discover now