Parte 27

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Estaba guardando los juguetes de Michelle cuando el timbre sonó, no estaba esperando a nadie porque no sabía quién podía ser.

Cuando abrí la puerta Michael estaba parado ahí, tenía un ramo de flores en una de sus manos y en la otra un oso de peluche, al verme sonrió de esa manera que tanto me encantaba.

— ¿Qué haces aquí? – pregunta dejándolo entrar - ¿pensé que te habías ido?

— Lo hice, pero decidí volver. Quiero pasar todo el tiempo que pueda con mi hija – dice entregándome las flores – son para ti, este es para mi hija – dice levantando el oso de peluche.

— Está haciendo la siesta, pero puedes ir a su habitación.

— La esperare aquí, quiero hablar contigo.

— Por supuesto, ¿puedo ofrecerte algo?

— No, así estoy bien.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, los nervios me estaban jugando en contra y estaba sudando más de lo normal.

— ¿estas bien? – pregunta Michael a mi lado

— Sí, sí estoy bien – digo susurrando

— Aun te pones nerviosa al estar conmigo – dice sonriendo

Sonrió avergonzada

— Tienes ese efecto en mi – digo nerviosa

— Amy, quiero que vuelvas a casa, quiero recuperar a mi familia, tu y mi hija lo son todo para mí, jamás te he dejado de amar.

No sabía que decirle ¿lo amaba?, por supuesto que sí, era el padre de mi hija.

— Está bien – digo dando un suspiro – volveré a casa, pero debes saber que no será fácil.

— No importa cuánto me cueste, las hare feliz. – dice sonriendo, me abraza y planta un beso suave en mis labios.

— ¿la emoción? – pregunto riendo

— No, esta vez quería besarte.

— ¿solo besarme? – pregunto coqueta

Michael se ríe y me mira descaradamente

— Tengo ganas de hacerte muchas cosas Amy, si solo supieras. Me encantaría comenzar ahora mismo a recuperar el tiempo perdido.

— Eres un descarado – digo riendo, le planto un beso en los labios y él me agarra de la nuca profundizándolo.

Su lengua me invade y me hace gemir.

Enredo mis manos en su cabello queriendo acercarlo más a mí. Me subo ahorcajadas sobre él sin dejar de besarlo. Deseaba tanto tenerlo dentro de mí. Comienzo a moverme en seco sobre su polla, esos veintitrés centímetros que tanto me encantan.

— Amy, vas a hacer que me corra en mis pantalones como un crio de quince años.

Me rio atrayéndolo más a mi cuerpo

Un pequeño llanto se escucha a lo lejos, lo ignoro y comienzo a quitarme la camiseta, Michael me detiene poniéndose de pie rápidamente, sin entender nada lo veo correr a la habitación y es ahí cuando recuerdo a mi hija.

Michael vuelve con ella en brazos, nuestra hija se está riendo mientras él le hace cosquillas.

Esa tarde la pasamos ordenando algunas de las cosas que me llevare a casa de Michael, él me insiste en que llevemos solo lo esencial, pero para mí todo lo es.

Quedamos de enviar una empresa de mudanza en los próximos días.

— ¿Puedo quedarme a dormir esta noche? – pregunta dudoso

Le sonrió mientras trata de besarme

— Sabes que jamás puedo decirte que no, me tienes en tus manos.

— Quiero tenerte sobre mí, abajo, de lado, como sea mientras yo esté dentro de ti. ¿Michelle despierta en la noche?

— No, ella duerme toda la noche.

— Entonces manos a la obra, vamos a aprovechar la noche.

Me toma entre sus brazos y lo beso, enrosco mis piernas en su espalda y siento su gran bulto.

No tenemos preliminares, vamos directo a lo que tanto deseamos.

Me deja suavemente sobre la cama y me quito la ropa lo más rápido que puedo mientras él hace lo mismo.

— Eres tan maravillosa – dice poniéndose sobre mí, abro las piernas recibiéndolo con gusto

— Tú también lo eres

Abro más las piernas y él se acomoda, toma mis labios con los suyos y los muerde suavemente. Aprovechando mi aturdimiento me penetra de un solo golpe haciéndome gritar.

— Shhh, tienes que mantenerte en silencio caramelito o vas a despertar a nuestra hija y a todo el vecindario.

Asiento con la cabeza mientras él se mueve lentamente torturándome, muevo mis caderas haciéndolo gemir.

— Nena con cuidado, si sigues así no durare mucho.

Con una mano toco sus testículos haciéndolo gemir más fuerte, me rio y continúo moviéndome desesperada. En solo cosas de segundos tengo exploto en un gran orgasmo, siento su miembro contraerse y su semen correr por mis piernas mientras se sigue moviendo lento queriendo no despegarse de mí.

Esa noche tenemos sexo al menos cinco veces, nuestros cuerpos se complementan tan bien juntos, nos dormimos alrededor de las cinco de la mañana exhaustos, Michael me atrajo a su cuerpo y me abrazo hasta que me dormir.

No fueron muchas horas de sueño ya que Michelle se despierta sin falta todos los días a las ocho de la mañana, me levanto somnolienta mientras Michael la carga entre sus brazos, se sientan en el salón tomando la caja de juguetes mientras yo preparo el desayuno.

Ese día tomamos nuestras cosas y nos vamos a la ciudad, Michelle durmió todo el trayecto, la primera hora fue difícil ya que jamás habíamos viajado en avión. Pero luego se durmió en apoyada en el pecho de su padre, les hice algunas fotos mientras las dos dormían, sin duda es una imagen que quiero grabar por siempre.

Mañana nuestra hija cumple su primer año de vida, Michael ha invitado a mis padres y a Isidora a pasar la tarde en su casa, dijo que Sara se estaba encargando de todo y se lo agradezco.

Estoy tan feliz me siento en paz y amada, estoy teniendo todo lo que soñé durante dos años, solo espero que todo siga así por mucho tiempo. 

Enamorando al ENEMIGOWhere stories live. Discover now