Cuando Max llego a casa, Druig tenía apenas un mes de nacido. Ambos eran unos bebés.
El cachorro se acercó a la silla mecedora, lo olfateaba curioso, movía su cola con felicidad y trataba de jugar con él.
--Se gentil, Max.-Dijo Frank al ver que el cachorro levantaba sus patas a rasgar la cobija de Druig.
El piecito de Druig salió de la cobijita y el cachorro le mordió juguetón. El bebe chilló por molestia de ser despertado.
--Max, no muerdas.-Dijo Frank. Matt se acercó a tomar al bebé en sus brazos. Intento volver a dormirlo.
--No pasa nada, Druig. Es el perrito.-Lo mecio con suavidad. Frank tomó al cachorro y acariciando su cabeza, lo tranquilizo de que no le saltará encima de emoción.
Max se acercó a lamer su piecito y el bebé rio con cosquillas.
*
A los ocho meses, Druig gateaba siguiendo a Max, este ya estaba un poco más grande que él y aún así trataba de ser más delicado con sus jugueteos. El cachorro estaba entusiasmado de poder jugar con él.
Druig se sentó en el suelo, pataleando y dando un chillido, emocionado.
--¿Que hace?
--Creo que le da manía de tocarlo.-Frank rie abrazando a su esposo de los hombros. Ambos sentados en el sofá y Frank narrandole lo que su bebé hace.
Druig levanta sus manos y toca el suave y corto pelaje de Max, este se deja ser y se recuesta panza arriba. Jadea con lengua afuera y muerde sin intención de lastimar.
*
Un Druig de dos años corría siguiendo a Max. El pitbull ya estaba enorme y corría por el pasto revolcándose en el lodo.
--¡Druig, no!.-Frank lo miró tirarse al lodo e imitar a Max. Se baño literalmente en lodo. --Matt va a matarme.
De regreso del paseo, Matt estaba sentado en el sofá, leyendo algunos papeles de su caso.
--¡Papá!.-Druig corrió a él. --¡Me manche en el lodo!
--¿¡Que!?.-Matt tocó su rostro y estaba lleno de tierra. Max también se le acercó y se revolco en el sofá dejando tierra por doquier. --¡Frank!
--Yo los baño.-Dijo soltando una risa nerviosa.
--Y también limpiaras el sofá.-Tomo los papeles y se paso a la mesa de la cocina.
*
Max se subió a la cama de Druig, acomodándose a su lado y el pequeño se abrazo a él durmiendo plácidamente después de su baño.
--No te dejaré llevarlos al parque tu solo, otra vez.-Reprocho Matt.
--Fue una pequeña distracción.-Río. --Ya perdóname.-Lo abrazo por detrás, dejando un beso en su cuello. Matt no pudo evitar sonreír y perdonarlo.
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