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Cerca de las ocho de la noche y el sol está totalmente ausente en el cielo, la luna daba su brillo gracias a la estrella. Harry y Louis estaban sentados sobre unas gradas de manera, en un silencio agradable que había transcurrido ya, Louis habló:

—¿Crees que pase algo interesante aquí?

—Hmm... A parte de que los insectos quieren estar cerca mío, no lo creo.

—Yo sí lo creo. Estem... Niall y novia fueron a comprar la cena...

—Sí, Louu. Se fueron hace cinco minutos.

—¿Sabes de qué es tiempo?

—¿Del clima? Ahora mismo debe de estar Charles Hopkings dando los pronósticos...

Rodó sus ojos con risa, tomó la mano del rizado y lo guió adentro de la cabaña que Niall había alquilado con su actual novia, Laura. Dos días atrás el rubio llegó a casa de los chicos en busca de un sí a su propuesta de ir a acampar a las afueras de Hayes, precisamente al suroeste del país, en Newnham, Gloucestershire. 

Un área totalmente verde, a unos kilómetros se encontraba el río Severn, aquel campamento contaba con cabañas y remolques, un restaurante y una iglesia. Además de una área de granja.

Lo sentó en el sofá y suspiro. Harry automáticamente se sintió amado y sus mejillas ya contaban con el color carmesí que era amado por el lacio castaño. Se acercó al rizado con el fin de atrapar suavemente aquellos labios; con rapidez fueron aceptados y Harry colocó sus manos abarcando las mejillas y nunca del contrario. Amaba tener el control de la un intensidad del beso. Sabía que Louis era el primero en aumentarlo pidiendo entrar en la boca de él, mas se encontraba con la duda de no saber cómo aceptarlo sin chocar sus dientes o hacer sonidos, para él incómodos durante se besaban.

—Es tan linda ¿No? —halagó refiriéndose a la sonrisa de Harry.

—La luna está más brillosa que otros días. —respondió viendo hacía la ventana.

—Oh, la luna. —la vio. —Sí, eso también. Aunque yo hablaba de tu sonrisa.

Harry marcó esos hoyuelos y sonrió mientras sus mejillas se ruborizaron. Para evitar sentir la mirada tierna de su novio lo besó una vez más.

—Debería de estar molesto porque no dijiste lo mismo de mí, pero te disculpo...

—Gracias)?

—Qué frio eres. ¿No sientes que esta haciendo frio?

—Louis... —advirtió.

—Es cierto, de la nada cambió.

—Así que..., el clima. —Harry reposó sus manos en los hombros de Louis.

—No me gusta ese tipo de sarcasmo, cariño. Dato del día, Harry: Odio que diga cosas lindas de ti y tú no respondas igual, pierdo mi dignidad, eh.

—Pero yo siempre la perdería por ti, Louu...
—Louis mordió su labio inferior y abrazó a Harry por el cuello. —Estos son mis abrazos favoritos.— Habló luego de un tiempo corto aún sintiendo aquel abrazo.

—Los míos también. —susurró a su oído y besó su cuello.

—¿Sabes que quiero hacer? —dijo sintiendo el abrazo.

—¿El qué quieres hacer?

—Gritar cuanto te quiero. —se alejó de él. Harry soltó una sonrisa, y besó su frente. —¿Por qué no hacerlo?

Esas arrugas los costados de los ojos azules de Louis se formaron, Harry ama eso. Volvió a tomarlo de la mano para llevarlo a la entrada de la cabaña, la cual estaba a dos metros de distancia. Salieron del lugar.

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