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La profesora Rosie había trabajado minuciosamente con el rizado para que este sea parte del recital de fin del año escolar que es en un par de meses, por ello había enviado distintas clases y un par de vídeos cortos al correo de Harry, gracias a la guitarra acústica que Johannah y Louis le obsequiaron sin ocasión especial hace dos días atrás.  Había empezado a tocar acordes básicos y a pesar de que sonaba lento era un gran avance por parte del rizado.

La maestra le dijo que al llegar al colegio fuera a recepción para pedir un folleto especial que dejó para él, así que luego de que el autobús los dejara enfrente de las instalaciones fueron para allá.

Louis le abrió la puerta y luego de que el rizado agradeciera se sentó en la sala de espera que estaba enfrente del mostrador en donde estaba Joseph.

— Hola, Harry. Buenos días.

— Hola, Jos.

«¿Jos?» Pensó Louis al oír como llamaba Harry al recepcionista.

— ¿Jos? Vaya, nadie me había llamado así, Harry. Me haces sentir especial.

Harry le sonrió. ¿Qué debía de hacer Louiselos? ¿Debe de intervenir o simplemente quedarse allí sin hacer nada?

«Jos... por favor».

— ¿En qué puedo ayudarte?

— La maestra Rosie dijo que me tenía un documento para que pudiera leerlo en recreo y avanzar con las prácticas.

Joseph caminó a la esquina de la habitación para buscar la entrega de Harry. — Te dije que serías muy bueno en música.

— Aaam, no, dijiste que si no estaba satisfecho podía regresar a cambiarme de curso, que tú me ayudarías.

— Hipotéticamente fue lo mismo.

— ¿Sabes la definición de «hipotéticamente»?

«¿Sabes la definición de 'hipotéticamente'?»

El joven comenzó a reír y le entregó un documento de siete hojas. — Entiendes mi punto a expresar ¿verdad?

— Hipotéticamente..., sí.

«Entiendes mi punto a expresar ¿verdad?... ugh». Rodó sus ojos.

— Faltan cinco para el toque, Hazzi. —Habló fuerte desde su asiento enfatizando el sobrenombre de cariño hacía el rizado. Harry le dedicó una sonrisa.

— Hasta luego.

— Hasta luego, Harry.

Harry se acercó a Louis mientras revisaba el documento sin leerlo, Louis lo envolvió en un abrazo de costado y al salir del lugar quitó su brazo de los hombros del castaño. Caminaban por el campus al aire libre con dirección al edificio de clases.

— Sí sigo aprendiendo intensamente es posible que tenga un pequeño solo, Louis ¡Eso es magnífico! ¿No lo crees?

— Seh...

—Oh no, muchas personas me verán, oh no no no.

— Bueno...

— Se supone que debo de tocar cinco acordes más para el viernes.

—Qué bien...

— aún no puedo manejar tres, será una largaaaaa semana. —su vista seguía en las páginas y daba pequeños reojos  a su camino. Paro en seco y a los segundos Louis se percató.

— ¿Qué?

— ¿Cómo qué «qué»?

— ¿Qué?

Ino- centeWhere stories live. Discover now