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Era un sábado muy refrescante en Hayes. A pesar de que las terapias de Harry y cómo llegar a socializar de una manera adecuada y eliminar su temor a las afueras del edificio, habían ocasiones en las que tenía ataques de pánico y pedía de manera alarmante un lugar seguro, como lo era su casa era allí en donde actúa Johannah con ejercicios que consistían en respirar profundamente y elevar sus brazos al ritmo de dicha respiración, también las manos de Louis colocadas en sus hombros mientras son acariciados son de gran ayuda.

Su primer ataque pasó en el mundo de las pizzas, mientras comían de sus rebanadas de pizza un grupo de familiares entró y se colocaron detrás de la mesa en donde estaba Johannah, Louis y él. Las risas escandalosas, conversaciones a gran volumen, el sonido de los cubiertos chocar entre sí y el extra de los niños corriendo por doquier estresaron al rizado y causó en él no querer entrar de nuevo a dicho lugar.

Sin embargo, Johannah pidió de favor ir de nuevo al ver que estaba relativamente vacío y luego de las súplicas de Louis entraron al local y se sentaron en la mesa de la esquina.

— ¿Qué van a ordenar, chicos?

— ¿Ya viste esa pizza que tiene cinco ingredientes? —preguntó Louis viendo el menú.

— ¿Pizza con piña? ¡Jay pide esa! Suena delicioso.

— ¿Qué? Ugh, no, Hazzi. ¿Cómo diablos piensas que es delicioso una fruta en una pizza?

— Está bien, Harry, la ordenaré. —al estar pendiente de la charla de los chicos.

— Vamos, Louu. Solo piensa en una buena mezcla entre lo no dulce y lo dulce. —sonrió.

Johannah pidió la orden y el mesero pidió amablemente los menús. Harry no lo había descubierto como tal, pero le pareció realmente atractivo el sujeto, sus ojos verdes eran demasiados intensos y su uniforme quedaba bien en él, rápidamente puso la vista en sus manos y las entrelazo.

— No sabía que Melanie era cosmetóloga, he tenido una en el edificio y no sabía.

— ¿La chica que viste como roquera?

— Esa, amor. Siendo totalmente franca, pensé que sería muy enojada, e incluso aburrida; pero no lo es, es un encanto en persona, hoy me iré a hacer las uñas donde ella.

— ¿Puedo ir? —preguntó Harry.

— ¿Terminaste tus tareas? —El rizado asintió — ¿Qué hay de ti, cariño?

— Me falta la de francés...

Aquel mesero llegó con aquella pizza con cuatro ingredientes diferentes, incluyendo dos porciones de pizza con piña, posteriormente trajo la bebida.

— ¿Necesitan algo más?

— ¿En dónde está el baño? —preguntó Harry levantando su mano. Aquel chico de unos veinte tres años sonrió negando ante la acción del rizado, lentamente la bajo. — Al fondo del pasillo, a la derecha, tú verás el cartel. ¿Algo más? —le preguntó directamente y Harry negó. — Buen apetito, con permiso.

Sin avisar Harry corrió hacía las instrucciones del camarero y entrando al baño, busco un espejo, notó que sus mejillas estaban rojas y, como si se tratase de un tratamiento masajeó sus mejillas esperando que se eliminara su rostro ruborizado ¿Louis se enteró? ¿Johannah entendió realmente la intensión de Harry que solo quería tener una interacción con el mesero? El rizado no sabía muy bien las definiciones en un contexto social personalmente, solo actúa instintivamente, sin embargo llegó al punto de pensar de que le estaba siendo infiel a Louis dando así inicio a que su corazón se sintiera mal y se sintiera el peor del mundo. 

Ino- centeWhere stories live. Discover now