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Viernes.

Louis estaba en su última hora de clases, un sueño estaba a punto de gobernar su cuerpo, pero hacía todo lo posible para mantenerse en pie, metafóricamente. La clase era impartida por el profesor Ellis Davis, sus clases eran en su totalidad narración, era cuestión de cada estudiante elegir entre copiar lo más necesario o simplemente escuchar al profesor. Se disculpó por haber llegado cinco minutos tarde y al entrar al salón preguntó sin esperar el saludo de los estudiantes.

— ¿Alguien puede decirme una curiosidad sobre la antigua Grecia? [...] Gracias por dejarme ignorado. No se quejen de sus notas... solo digo.— la clase encontró gracioso el comentario y rieron. — Jóvenes, necesito de su participación ¿Bien? Estamos a punto de terminar otro ciclo, solo necesito que den su 100 % en estos últimos meses.

— Juego God of War ¿Eso cuenta?

El maestro rio, característica de él.— Algo así... Bueno, hoy están de suerte porque olvidé su trabajo de clases en mi departamento, por favor, no le digan al decano...  Cambiaré la pregunta ¿Alguna duda sobre la Antigua Grecia? —Nadie levantó la mano. —Oh no, por favor uno a la vez. —la clase volvió a reír. Alguien levantó la mano.

— La... Eh... La homosexualidad en la antigua Grecia ¿Cómo era? —preguntó otro.

— Oh sí, Christopher está encantado de saber cómo eran los gays en esa época, tendrán de qué hablar con Charlie en el recreo. —atacó un estudiante.

— ¿Me pueden explicar el chiste me quiero reír con ustedes? — habló Louis.

— Ellos si tienen sentido del humor, Louis ¿Acaso estás defendiendo al gay de Charlie?

— Dios, te olvidaste agregar a alguien a la evolución. — dijo viendo al techo y todos contuvieron su risas. El profesor Ellis y el de asistencia guardaron silencio, el castigo ya estaba para ellos, mas querían saber cómo iba a finalizar y no entrarían en campo si no se tornaba fuerte.

— Ya entiendo... Tú tienes al nuevo del otro salón, por eso lo defiendes.

Louis se levanta del asiento y Xandra tomó su mano. Con la otra le apuntó al chico. — Te importa un comino qué sea de mí, solo respeta. — sin decir nada más se dejó caer en el asiento y sobó su sien. El chico respondería al comentario de Louis, pero Ellis siguió con la clase.

—La civilización que conformaba la antigua Grecia eran de las más liberales del mundo en la época en temas tabúes como era el sexo.

Desde tiempo remotos la homosexualidad a existido, tomando un camino más religioso: En la ciudad de Babilonia había surgido una manera peculiar de romper e ignorar los principios morales que habían en la época, el desorden estaba a la orden del día, adoraban a otros dioses, entre otras cosas, y, uno de lo que más destaca eran las orgías que los babilonios hacían.

En algunas culturas los homosexuales eran sometidos a trabajos forzosos con el objetivo de  alcanzar su muerte.  En la Antigua Roma era aceptado con la condición de que el romano siempre debía de ser quien penetrara a un esclavo (o un no romano).

Zeus tenía a su disposición un joven troyano, Ganimedes, era uno de sus amantes favoritos. Alejandro Magno y el hombre que más destacó en su vida fue un comandante llamado Hefestión, a pesar de haber tenido esposas no tuvo descendientes, en la película biográfica extendida era abiertamente bisexual.

Sócrates fue sentenciado a muerte acusado de corromper a la juventud y también de herejía religiosa. Se le acusaba de mantener relaciones sexuales con sus alumnos, mucho más jóvenes que él, pero siempre de manera consentida, y de perturbar a estos con sus 'disparatadas ideas'.

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Los dos estaban enfrente del otro mientras el coordinador terminaba de charlar con la madre de un estudiante. Louis estaba enojado, no quería verlo y con la presencia del contrario le generaban ánimos de poder golpearlo, no estuviera pensando los golpes en la cara de él, sin embargo el nombre de su rizado favorito fue mencionando.

Castigo: Limpieza en una zona específica del campus el día lunes luego de clases.

Luego de una charla de quince minutos salieron de la oficina sin dirigirse una palabra, Xandra esperaba a su amigo en las sillas. — ¿Qué te dijeron?

— Por su maldita culpa tengo que barrer la entrada de la biblioteca.

— Agradece que no salió de ti ningún insulto, eso sería la expulsión de un par de días.

— No sabes todo lo que quería decirle a ese imbécil... mierda. —exclamó. — pero cuando tocaste mi mano supe que no debía de decir eso.

—Louis. — Oyó el castaño lacio detrás de él, al darse la media vuelta vio a Harry caminar hacía él. Abrió sus brazos y Harry le dio un corto abrazo. — ¿Qué haces aquí? 

— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

— Sí, tranquilo, Hazzi. ¿Sabes quién es Dylan? — El rizado negó. — ¿Te suena?

— No, no sé quién es.

— ¿Te han molestado? — Harry negó. —Está bien, sí pasa algo así me dices ¿Bien? — Harry asintió.

— No dejes que ningún niño te intimide. — Aconsejó Xandra. Harry le sonrió. — ¿Nos vamos, Louis?

— ¿Puedes adelantarte?

— Claro. Hasta luego, Harry.

— Hasta pronto.... Louis ¿Qué sucedió?

— Solo fue una pequeña discusión. Además, nos iremos juntos el lunes.

— ¿Qué?

—El lunes me quedaré hasta tarde, pero no ya no distraigo. —Toma sus mejillas y le da un corto beso en sus labios rápidamente. — Te veo en la casa, Hazzi.

Le sonrió y corrió para alcanzar el paso de Xandra. Harry  había perdido el espacio tiempo por un momento y regresó cuando ya no vio la silueta de Louis en el pasillo.

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Estaba nervioso, un minuto más en caminata y llegaba a la casa de música, no sabía con quién iba a encontrarse pues Xandra había tomado actuación y fútbol, Louis solo fútbol. Entró al salón y se encontró con cinco jóvenes. No conocía a nadie y supuso que todos ellos eran de la clase de Louis.

Las sillas estaban colocadas en círculos y se sentó al lado en donde habían muchas partituras poniendo en contexto que ahí iba el maestro.

Había leído en algún lugar sobre los siete símbolos de la escala diatónica y en qué lugar estaban. Dos maestras entraron al salón y habían un total de 14 estudiantes y lastimosamente ninguno de ellos estaba en el salón del rizado.

— Hola, Harry. — se acercó una de ellas. — Soy Rosie Grant y seré una especie de maestra personal para ti.

— Eso suena muy encantador.

Rosie sonrió. — Lo seré por tres semanas así que necesitaré de tu ayuda para que seas un maestro en esto ¿Correcto?

Harry asintió. Rosie llevó a un extremo del salón al rizado y le enseñó los inicios de la guitarra como tal y las funciones, cómo se usa, cómo se debe de tomar y algunos datos para no lastimar totalmente las yemas de los dedos. Harry se sintió a gusto ya que le recordaba a las clases privadas de Marcela y, a pesar de que no sería siempre así se sentía confiado.

Ino- centeWhere stories live. Discover now