La sangre no siempre hace a la familia...
tras la muerte de su padre, los hermanos Enji y Toshinori han llegado a un acuerdo por la paz de la corona, pero los años han pasado y llegada de un nuevo príncipe, gracias al mayor de los hermanos, al palac...
La brisa corrió por los campos de amapolas que lo rodeaban. Era el lugar seguro del joven príncipe, un lugar lleno de silencio. Donde su única compañía eran las flores.
Cuando era niño su madre solía llevarlo a escondidas a un lago no lejos de ahí, pero al ir creciendo, aquellas salidas secretas dejaron de ocurrir. Llevaba casi cuatro años que había encontrado ese prado.
Le pertenecía a una familia campesina, así que iba cuando no estaban en casa para que no ocurriera un alboroto. Dos días atrás acababa de cumplir diecisiete años y su tío, Toshinori, había prometido que además de la hermosa caja musical que le había obsequiado, tenía una sorpresa para toda la familia esa misma tarde. Por lo que tendría menos tiempo para disfrutar el aire libre.
A la par de unas horas, la bella águila del medio día le indicó que era momento de regresar.
Por fin llegó a su hogar, y una de las damas de compañía de su hermana mayor lo fue a buscar para reunirse con el resto. La joven se veía inquieta alrededor del príncipe, algo muy común para él. Parecía poner nerviosas al género femenino cuando él se ubicaba entre estas.
- muy bien, ya estamos todos- dijo Toshinori en el instante que Shoto arribó - ¡les tengo una noticia importante!
- ¿Es otro de tus viajes? - preguntó Natsu.
- no
- ¿una persona? - su hermana se acercó un poco al rubio- ¿una mujer?
- ¡Cerca! - ahora con una sonrisa más grande
- Toshi, ¿podrías decir ya que es, por favor? - su padre y su poca paciencia también estaban presentes.
El ojiazul rio de manera exagerara irguiéndose orgulloso de lo que diría.
- Son un par de personas que me gustaría que conocieran. Quiero presentarlas ante el pueblo en unos días, pero, primero que nada, me gustaría que mi familia los recibiera, antes que nadie. - aunque su voz transmitiera seguridad, Shoto podía percibir que estaba nervioso- tengo que decir que esto podría ser repentino, sin embargo, estoy feliz con esto y espero que también sean felices por mí. Además de que esto podría cambiar muchas cosas en este lugar.
Tras sus palabras, el rey se vió un poco tenso, tampoco sabía lo que su hermano diría, pero conociéndolo y a sus sorpresas, terminaría siendo algo negativo, al menos para él.
El mayor le susurró algo a uno de sus sirvientes y este se retiró a, lo que creyó Shoto, ir a por las personas que serían presentadas.
De unos de los pasillos apareció una mujer de la edad de su madre, de ojos esmeralda y cabellos del mismo color. Detrás de ella un chico pecoso de iguales características.
- Familia, les presento a Inko e Izuku Midoriya. - les dijo cogiendo a la dama de su mano con cariño. Su madre y hermana saludaron cordialmente a los invitados, mientras que el resto no dijo nada. Estos respondieron el saludo un poco incomodos, esperando a que su anfitrión prosiguiera. - Mi esposa y su hijo.
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