31 Días [COMPLETADA ✔]

Capítulo 13.

No había podido dormir en toda la noche, no había logrado conciliar en sueño después de verme obligada a estar con Henry para que no me lastimara. Mire a mi lado, él dormía, nunca se quedaba conmigo después de haber abusado de mí, siempre se iba después de haber terminado. 

Su brazo me tenía atrapada, abrazándome por la cintura. Ahora mismo podría levantarme, salir por la puerta —pues esta no tenía llave— y escaparme. 

Tenía miedo, si él me atrapaba no se de que sería capaz, si no lograba alejarme o escapar de aquí él podía encontrarme. Busque mi ropa y comencé a vestirme de nuevo, cogí el brazo de Henry y lo quite de a poco de encima de mí. Estaba aterrada; no quería que despertara. 

Sentía mis piernas temblar, comencé a caminar hacia la puerta; diariamente le echaba hojeadas a Henry para asegurarme de que no se moviera o despertara. 

Estaba frente a la puerta, cogí la manija para darle vuelta pero algo me detuvo. 

Me detuve a mí misma. 

No tuve el valor suficiente para abrir la puerta, las posibilidades de salir de aquí las tenía en frente; sin embargo no pude atreverme a aprovecharlas. 

Cobarde, en este momento puedes salir de aquí ¡ABRE LA PUERTA! 

No podía... 

¿Acaso el miedo tiene ese poder? ¿Podía una emoción controlar más a mi cuerpo que yo misma? Sin duda era extraño, no quería que esto fuera así, no quería que una emoción tuviera más poder sobre mí del que yo misma podía controlar, sin embargo ahí estaba; acechándome, controlándome. 

Dios, que terrible y miserable situación. 

No pude hacerlo. Y sí, me odie por eso. 

Me senté en el borde de la cama, con las lágrimas amenazando con salir; me frote las manos con desespero. Entonces, volteé a verlo. 

Ahí estaba, tan tranquilamente dormido, tan indefenso; entonces, un nuevo sentimiento se hizo presente. 

El odio. 

Lo odiaba y creo que eso estaba más que claro, lo odiaba por haberme alejado de mi familia, lo odiaba por haberme privado de mi libertad, lo odiaba por ser el responsable de que mi luz se estuviera marchitado poco a poco. 

No sé ni en qué momento sucedió, pero cuando me di cuenta me encontraba sobre su cuerpo, presionando la almohada en su rostro, asfixiandolo. 

Quería que se muriera, quería hacerlo pagar por todo aquél sufrimiento que él me había hecho pasar: quería matarlo yo misma. 

Solo fue cuestión de segundos para que él se sobresaltara y llevara sus manos a mis brazos para intentar que dejara de forcejear para la almohada contra su rostro. 

—¡Muerete maldito imbecil! ¡Muerete! —exclamé. 

Él apenas y murmuro algo, no lograba entender lo que se supone estaba diciendo porque la almohada no lo dejaba hablar. 

Y entonces paso. 

Henry dejo de moverse, su respiración se había detenido. 

Lo logré, lo maté. 

Podía ser libre.

¿Si has escuchado cuando alguien dice "No supongas algo antes de tiempo"? Bueno, ese fue mi error.

No debi suponer que porque ya no se movía era porque había logrado matarlo, Dios, él era un maldito enfermo; debí haber supuesto que se le ocurriría algo para sacarse esta situación de encima.

Porque sí, me había engañado.

Me había hecho creer que había muerto para poder quitarme de encima suyo, en cuanto tuvo la oportunidad me cogio rapidamente de los brazos y cambio la posición en la que estabamos: ahora yo me encontraba debajo de su cuerpo.

—¡Eres una maldita desgraciada!

Mire sus ojos, sus pupilas estaban muy dilatadas, su respiración estaba demaciado agitada, su rostro estaba enrojecido.

—Perdón, yo no quería...

Mis palabras fueron interrumpidas, sentí un dolor en mi nariz y después el sabor metalico de la sangre en mi boca, me había golpeado en la nariz. Eso me había dejado un poco desorientada, porque a los segundos sentí como mi vista se comenzaba a nublar.

Debió de haberme dado más golpes, pero yo apenas y los sentía. Mis parpados comenzaban a cerrarse por si solos.

—Henry para, quiro dormir —murmure apenas.

Podía sentir como la mandibula me dolía en cada palabra que había dicho, seguramente porque también me había abofeteado con fuerza; pero como dije, yo apenas y sentía esos golpes.

—Despierta, perra —apenas y podía escucharlo.

—De-déjame descansar ¿Sí? —balbuceé.

Y entonces ya no supe nada de mí, solo que mis ojos se había cerrado y había caído en la inconciencia.

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Nota de Autora: ¡HOLAAAAAAAA! Lo se, tanto tiempo sin aparecer por aquí jiji ¡Pero ya estoy de vuelta! Se que fue un capítulo corto pero sinceramente no quería seguir sin tener algo para continuar con la historia.

La razón de mi larga ausencia es porque han sucedido tantas cosas en mi vida que no me daba tiempo a entrar en Wattpad y tratar de escribir algún nuevo capítulo; de verdad espero que ningún nuevo inconveniente se atraviese a tan pocos pasos de terminar esta maravillosa aventura, porque sí, esta historia casi llega a su final.

Tengo pensado hacer 1 o 2 capítulos más después de este + el epílogo (que por cierto el epílogo estuvo listo mucho antes de que la mitad de la historia estuviera publicada), no voy a dar gracias aquí ni nada porque eso lo tengo planeado hacer al final de la historia, en un apartado que tengo preparado para eso.

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Así que sin nada más por decir...

Adiós ♡