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El día había estado bastante ajetreado, Satoru se había tenido que encargar de algunos miembros de un grupo enemigo junto a su amigo Suguru. Ellos eran el dúo más fuerte.

Caminaban con pereza en los pasillos de la enorme casa, que era básicamente la base de su grupo yakuza. Tenían algunas manchas de sangre en sus rostros y ropa. Había varios hombres que los miraban pasar con una mezcla de recelo y miedo, les irritaba que un par de adolescentes tuvieran más poder que ellos, aunque obviamente jamás lo dirían en voz alta.

Ambos chicos llegaron a la oficina del jefe yakuza, Suguru iba a tocar la puerta pero Satoru la abrió y entró como si nada haciendo que su amigo rodará los ojos, los sujetos que cuidaban la entrada imitaron el gesto. Al entrar vieron a dos hombres, un rubio con lentes y un traje color beige que estaba colocando unos documentos en la mesa; y un pelinegro sentado detrás del gran escritorio mientras tomaba un vaso de whisky. Ambos llevaron sus miradas hacía los jóvenes.

-Oye, viejo, terminamos lo que pediste- mencionó el albino mientras se sentaba en el pequeño sofá que había -Obviamente fui quien hizo más bajas, como siempre- se jactaba con orgullo para luego recibir un coscorrón de parte de su amigo.

-No tuvimos ningún inconveniente y ya hay hombres limpiando toda la escena- agregó Suguru sentándose junto a Satoru.

-Un excelente trabajo, lo que se esperaba de ustedes dos- dijo el pelinegro mayor mientras colocaba su vaso en la mesa -Ahora, podemos dejar los detalles para después. Nanami, Suguru, ¿Podrían dejarme a solas con mi hijo, por favor?- agregó Ryunosuke haciendo que el ojiazul alzará una ceja.

Los mencionados asintieron e hicieron lo que les pidieron.

-Antes que nada...- agregó el alfa mayor mientras se pasaba un mano por el pelo -Quítate las gafas, sabes que me fastidia que las tengas puestas dentro de casa- ordenó con voz tranquila. Satoru se cruzó de brazos.

-Oh, discúlpame por tener fotosensibilidad, mi gran señor- contestó sarcásticamente haciendo que su padre soltara un suspiro.

-Eso es culpa de Akemi, no mía- respondió volviendo a tomar su vaso para beber un trago. Akemi era el otro papá de Satoru, quien falleció hace unos años. Satoru frunció el ceño y se quitó las gafas, las guardó en uno de sus bolsillos -Excelente, siempre es más sencillo cuando obedeces lo que digo.

-Ya déjate de estupideces y ve al grano- se quejó el más joven mientras se cruzaba de piernas.

-La verdad es un tema que hemos atrasado bastante- retomó la palabra el pelinegro -De hecho, lo debimos de haber hablado en cuanto cumpliste los 18.

-Apenas los cumplí el mes pasado, tampoco hables como si hubiera sido hace mucho- interrumpió el albino comenzando a irritarse y sus feromonas, que estaban haciéndose presentes, demostraban eso -Y oye, si esto tiene que ver con alguna idiotez como el matrimonio te juro que te voy a volar los sesos- agregó mientras mostraba la arma que tenía en su sobaquera, se trataba de una beretta 92 calibre 9, fue un regalo de parte de su padre.

-Relajate, eso es algo de lo que hablaremos después- le restó importancia el alfa mayor y se levantó de su asiento -Como sabrás, en el futuro tú serás el líder de toda esta organización yakuza, por lo que necesito que dejes de tomarte las cosas tan a la ligera. Tienes que ser alguien capaz y no me refiero únicamente a tus habilidades físicas, a todos nos queda claro que son muy buenas...

Se sentó sobre su escritorio siendo observado fijamente por su hijo, eso a cualquiera lo intimidaría debido a la intensa mirada que poseía, pero él ya estaba acostumbrado.

-Uhm, tienes una pandilla, ¿Cierto?- vio como el contrario asentía -Supongo que crees que liderar una pandilla de pacotilla es lo mismo que liderar a un grupo yakuza, déjame decirte que no es así, aquí te tienes que ganar el respeto de todos y cada uno de los miembros. Cuando lo consigues tienes automáticamente fidelidad eterna- se tomó de la barbilla y miró hacia el techo -Pero conseguir respeto no es fácil, apuesto a que todos los que te siguen en tu pandilla, a excepción de Suguru, lo hacen más por miedo que por respeto.

Dulce Aroma (GoYuu)Where stories live. Discover now