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Yuuji comenzó a percibir como el calor de su cuerpo iba incrementando haciendo que se sintiera cada vez más sofocado, trató de actuar lo más tranquilo posible aunque evidentemente sus feromonas no le iban a ayudar en eso ya que estaban saliendo de su cuerpo sin control alguno; en eso escuchó las voces de dos hombres acercándose a él por lo que intentó ocultarse en la habitación más cercana que tenía pero para su mala suerte esta estaba cerrada con llave. Los dos sujetos no tardaron en estar en su campo de visión, ambos se le quedaron viendo con expresiones estoicas, hasta que uno de ellos hizo un gesto de sorpresa antes de sonreír.

—Parece que el omega necesita un poco de ayuda— dijo en un tono burlón mientras se acercaba al pelirrosa, el otro que estaba con él era beta por lo que no entendía bien que pasaba.

—Oye, más te vale no tocarlo…— agregó tirando del brazo del contrario pero este puso resistencia.

—¿O qué? Mira cómo está, el pobre necesita de mi ayuda...— estiró su mano para tocar la mejilla del menor pero Yuuji le dio un manotazo apartándolo.

—A-aléjate de mí, imbécil— lo miró con desagrado mientras daba un paso hacia atrás y apretaba los puños listo para soltar unos cuantos golpes de ser necesario.

—Oh, vamos, deja de hacerte el rudo…— la mirada que aquel alfa le estaba dando le desagradaba de sobremanera, odiaba sentirse tan indefenso en ese instante ya que podía sentir como sus piernas comenzaban a flaquear, pese a eso aún mantenía su mirada firme demostrando que no cedería.

—¿Qué carajos se supone que intentas hacer?— de repente la fuerte voz de Satoru sorprendió a todos, el albino no estaba muy lejos de allí y pudo oler el inigualable aroma de Yuuji así que lo siguió para encontrarlo, claramente la escena que tenía frente a sus ojos no le agradaba en lo más mínimo —¡Mantén tus asquerosas manos lejos de él!— el tipo casi se mea del susto, miró a su superior buscando palabras para intentar justificarse.

—J-joven amo, este muchacho tiene la culpa…— la mano que se colocó alrededor de su cuello evitó que siguiera hablando, sintió como sus pies dejaron de tocar el suelo ya que fue levantado por el brazo de Satoru.

—Vuelve a acercarte a él aunque sea un poco y haré que desees no haber nacido, ¿Está claro?— el contrario asintió como pudo antes de ser arrojado hacia el beta quien lo atrapó con dificultad, de pura suerte no cayeron al suelo. Ambos se fueron de ahí a paso apresurado rezando por no tener una mayor represalia más tarde; una vez que Satoru estuvo seguro de que ya no estuvieran cerca se giró para mirar al pelirrosa —Yuuji...— caminó hacia el chico quien casi de inmediato se aferró a él.

—Satoru...— las feromonas del omega se hicieron más fuertes solo con tener ese pequeño contacto con el alfa. El albino trago saliva haciendo su mayor esfuerzo por controlarse.

—Dios mío, ¿Cómo se te ocurre entrar en celo aquí?— miró la habitación que estaba al lado de ellos reconociéndola al instante, metió su mano en su bolsillo y sacó sus llaves, eligió una y rápidamente abrió la puerta jalando a Yuuji hacia adentro. La cerró con seguro para que nadie más pudiera entrar —Oye, ¿No tienes tus supresores conti...?— no pudo terminar de formular su pregunta ya que el pelirrosa lo jaló de la corbata atrapandolo en un beso bastante torpe y necesitado. Con toda su fuerza de voluntad el ojiazul tomó de los hombros al más bajo y lo separó, este se quejó por eso. Para intentar contrarrestar el efecto de las feromonas de Yuuji en él liberó de las suyas lo cual fue una mala idea ya que solo hizo que el omega se sintiera más desesperado.

—P-por favor, te necesito...— una de sus manos apretaba la camisa de Satoru mientras comenzaba a frotar su creciente bulto contra la pierna del mayor.

Dulce Aroma (GoYuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora