Dulce Aroma (GoYuu)

11

Yuuji no quería levantarse de la cama, había pasado por tanto estrés y frustración la noche anterior que no pudo dormir bien. Sus ánimos estaban por los suelos, y a pesar de que su estómago estaba rugiendo en señal de que tenía hambre él no tenía ni la más mínima intención de levantarse del futón.

Se cubrió con la colcha completamente, pensó que tal vez se quedaría dormido de nuevo pero en eso alguien tocó la puerta de su habitación.

—¡Itadori! ¿Estás vivo?— la voz de Nobara hizo que se destapara.

—Vamos a entrar así que espero no estés desnudo— ahora fue Megumi quien habló, tras esto la puerta se abrió y ambos entraron. Yuuji los miró con confusión.

—¿Qué están haciendo aquí tan temprano?— cuestionó a la vez que se frotaba un ojo levemente.

—No has contestado ningún mensaje desde anoche…— comenzó a explicar la castaña —Incluso mande imágenes de Jennifer Lawrence y ni las viste, pensamos que habías muerto o algo.

—Oh, lo siento, solo tuve un bajón, creo…— se rascó la oreja pero seguido de esto sonrió —No se preocupen, estoy bien— los contrarios se le quedaron viendo en silencio, hasta que Fushiguro se agachó a la altura del pelirosa.

—Oye, somos amigos, ¿No?— eso desconcertó al omega quien asintió sin dudarlo —Entonces deberías saber que puedes contarnos lo que sea…— guardó silencio momentáneamente de manera pensativa —Hay un problema en tu familia, ¿Cierto?

—¿Eh?— que dijera eso tan repentinamente sorprendió bastante a Yuuji.

—Si no te sientes cómodo diciendo que pasa está bien, no te vamos a obligar a hablar…— colocó una mano en el hombro ajeno —Pero por lo menos puedes apoyarte en nosotros, ya sabes, para distraerte de la situación o incluso sí necesitas un hombro en dónde llorar. Simplemente no olvides que estamos para ti en lo que sea, ¿De acuerdo?

Yuuji se quedó viendo a Megumi por unos segundos, luego llevó su vista a Nobara quien asentía con los brazos cruzados, entonces las lágrimas comenzaban a juntarse en sus ojos pero el chico se las estaba aguantando.

—Muchas gracias, chicos…— mencionó con la voz un tanto temblorosa —Es solo que no les puedo decir lo que pasa porque…— bajó la mirada.

—Ya ya, lo entendemos, no tienes que forzarte a decir nada más— agregó la beta.

El omega apretó los labios, quería contarles todo a sus amigos para desahogarse pero sabía que eso los podría poner en peligro así que se tenía que aguantar las ganas de hacerlo. En eso sintió como Megumi lo jalaba para abrazarlo, Yuuji no se esperaba eso. El pelinegro comenzó a acariciar los cabellos rosados del contrario.

—No me dejen fuera de esto— la chica se abalanzó sobre ellos y se unió al abrazo. Yuuji sonrió levemente pero luego las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, cayendo sobre la ropa de Fushiguro.

Se quedaron así por un rato hasta que el estómago de Yuuji volvió a rugir, haciendo que el abrazo se rompiera.

—Iré a buscarte algo para comer— mencionó Fushiguro mientras se ponía de pie.

—Por lo mientras yo te contaré sobre algo que me enteré ayer…— comenzó a hablar la castaña sobre un chisme que escuchó de parte de una compañera de clases.

En cuanto el pelinegro salió de la habitación se topó con el gemelo de su amigo, se miraron fijamente por unos segundos pero Megumi fue el primero en comenzar a caminar siendo seguido por el contrario ya que iban al mismo destino, la cocina.

—¿Tan temprano vienes a ver a ese idiota?— Sukuna rompió el silencio a la vez que abría el refrigerador.

—Estaba preocupado por él, es normal que venga a verlo— contestó Megumi recargándose en el tablero de cocina.