Dulce Aroma (GoYuu)

17

Yuuji iba a darle otro golpe a su gemelo pero este pudo sujetarlo de la muñeca, evidentemente eso no sería suficiente para controlar al omega solo que en eso fue jalado por Megumi quien lo sostuvo desde atrás.

—¡Cálmate!— el pelinegro seguía sin entender bien la situación, le costaba creer que lo que dijo Sukuna era cierto pero considerando la reacción de Yuuji,  realmente le estaba dando la razón al alfa.

—¡¿Cómo se te ocurre decirles?! ¡Los estás poniendo en peligro!— el chico estaba a punto de liberarse del agarre de Fushiguro ya que tenía más fuerza que él.

—Deja de hacer tanto drama, incluso aunque no sepan están en peligro por la simple razón de conocernos, así que da igual.— dijo mientras se limpiaba la poca sangre que le salió por el golpe que recibió —Es mejor decirles para que dejen de estar jodiendo, al menos que sean demasiado idiotas es bastante obvio lo que tienen que hacer— miró a Megumi y luego a Nobara, se cruzó de brazos para luego observar a su hermano.

El omega empujó un poco a su amigo para poder acercarse a Sukuna, lo tomó del cuello de la camisa apretandolo con fuerza y lo colocó contra la pared manteniendo fija su mirada.

—Si el idiota de Todou sabe al respecto, ¿Por qué tus amigos no?— imitó el movimiento de Yuuji agarrándolo de igual forma de su ropa. Un largo silencio apareció en la cocina que realmente pareció eterno, fue hasta que el olor a quemado llamó la atención del omega pelirrosa que se alejó del otro.

Nobara y Megumi se miraron mutuamente aún pasmados.

—Okay, definitivamente necesitamos una explicación porque no entiendo absolutamente nada— la beta miró a los Itadori esperando a que alguno dijera algo. Sukuna la miró por unos segundos y luego caminó en dirección a la puerta con toda la intención de irse de allí, sin embargo fue detenido del brazo por Fushiguro.

—¿A dónde crees que vas? No puedes soltar eso y simplemente dejar a tu hermano solo…— el alfa pelirrosa iba a decir algo pero Yuuji se le adelantó.

—Vamos a la sala para hablar mejor— todas las miradas se quedaron fijas en él.

Entonces, los cuatro jóvenes fueron a la otra habitación, Fushiguro y Kugisaki estaban sentados en el sofá, Yuuji se encontraba parado frente a ellos y Sukuna se quedó recargado en un mueble de ahí. El omega comenzó a explicarles toda su situación sin atreverse a mirarlos a los ojos, sus amigos lo estaban escuchando con atención aún pensando que todo parecía demasiado irreal.

—Y pues por eso dejamos de ir a la escuela y eso…— se pasó una mano por su cabello alborotandolo, al terminar de hablar por fin levantó la mirada hacia el rostro de los contrarios. La incredulidad en sus expresiones era más que notable.

—Te faltó decir la parte en la que te coges al hijo del jefe de la mafia— comentó Sukuna como si fuera algo gracioso recibiendo una mala mirada de parte de Yuuji.

—No es momento para que empieces con eso.

—Solo bromeo.

—Pues no me parece gracioso…— antes de que pudieran seguir con su pequeña discusión fueron interrumpidos.

—Ahora entiendo porque no nos lo querías decir— el pelinegro fue el primero en hablar de los dos, mantuvo su mirada en el suelo por unos segundos antes de levantarla hacia su amigo —Y realmente no creo que haya algo que nosotros podamos hacer para ayudarte pero, como ya te lo habíamos dicho, por lo menos podemos estar a tu lado durante las dificultades…

—Se a lo que te refieres, es solo que no los quiero involucrar en esto…— nuevamente se quedaron en silencio por unos segundos.

—Espero que no creas que nos vamos a alejar de ti solo por eso…— Nobara se cruzó de brazos manteniendo su vista fija en él —No somos idiotas que no comprenden la gravedad y el riesgo del asunto, pero eso no quita que somos tus amigos y no te dejaremos caer en el abismo por tratar de protegernos— Yuuji le sonrió levemente, realmente tenía unos amigos muy buenos e incondicionales.