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Los hermanos Itadori iban de camino a la casa de los Gojo, ninguno había dicho alguna palabra durante todo el viaje, cada uno estaba perdido en sus pensamientos. Hoy Satoru los había citado para una práctica, quería ver qué tan buenas eran las habilidades de pelea de los gemelos.

Al llegar se dirigieron a un cuarto de entrenamiento, dentro de este estaban Gojo y Geto sentados en el suelo y chismeando, llevaron sus miradas a los recién llegados.

—Ustedes no son muy puntuales que digamos…— habló el albino mientras se levantaba.

—Solo di que van a hacer mis hermanos— mencionó Choso secamente.

—Ah, esa no es manera de hablarle a tu superior— Satoru se cruzó de brazos —Quiero ver qué tan buenos son peleando, ya que no importa que tanto me esfuerce porque ustedes no sean combatientes, si no pueden pelear decentemente no van a durar mucho aquí— se acomodó sus gafas en el puente de la nariz.

—¿Vamos a pelear contra ti?— cuestionó Yuuji.

—No, por algo Suguru está aquí— señaló al mencionado con una sonrisa, Geto solo hizo la señal de amor y paz —Él se va a encargar de eso.

—Va a ser aburrido pelear contra tu perro, prefiero el plato fuerte— Sukuna se tronó los dedos.

—Tú me debes una…— Suguru frunció el ceño —No creas que ya me olvide de la vez que me golpeaste, y solo para que lo sepas, ahora tú también eres un perro de Satoru— sonrió haciendo enojar visiblemente al pelirrosa.

—Yo voy primero…— se quitó su camisa y se la arrojó a Yuuji, este lo miró con desagrado y se la pasó a Choso. Se abalanzó contra Suguru dispuesto a darle un derechazo en la cara, el pelinegro lo esquivó con facilidad

—Ese chico tiene mucha energía— dijo Satoru mientras se paraba al lado de Yuuji, pasó un brazo por los hombros del omega.

En eso, antes de que Geto y Sukuna pudieran seguir peleando, una voz llamó la atención de todos los presentes.

—Escuche que los Itadori ya habían llegado así que vine a saludar— Ryunosuke entró a la habitación con una sonrisa, aunque luego vio a Yuuji y después a Sukuna, su sonrisa se desvaneció —¿Por qué están los dos gemelos aquí si solo voy a ocupar a uno?— cuestionó mirando a su hijo.

—Oh, Yuuji también va a trabajar con nosotros— respondió apretando su agarre. El Gojo mayor lo miró de manera seria, Satoru simplemente sonrió.

—No quiero omegas en mis filas, ¿Eso no había quedado claro?— se cruzó de brazos.

—Sí, pero me da igual lo que tú quieras.

Los dos se estaban viendo fijamente, Ryunosuke entrecerró los ojos.

—Quítate los lentes— ordenó con voz firme, Satoru se quejó pero se los quitó guardandolos en su pantalón —Ahora, manda a ese niño a su casa y que no se meta en esto.

—No lo voy a hacer— soltó a Yuuji y dio un paso para quedar enfrente de él —Va a trabajar con nosotros, o más específicamente conmigo, te guste o no— se cruzó de brazos y miró a su padre de manera altanera —¿Qué vas a hacer al respecto?—dijo con un tono burlón, hubo un silencio en el cuarto, todos veían con atención la discusión entre los Gojo.

—Ja, hablaremos de esto más tarde y con más privacidad— Ryunosuke estaba molesto pero sabía muy bien cómo disimularlo  —Satoru, me estoy comenzando a cansar de tus caprichos, espero que seas consciente de las consecuencias que eso puede traer— dicho esto salió de ahí.

El ambiente estaba tenso, hasta que Satoru comenzó a reír desconcertado a los demás.

—Oye, Satoru, esto no es gracioso— Suguru se acercó a su amigo —Deberias de tomar en serio las amenazas de tu padre.

Dulce Aroma (GoYuu)Where stories live. Discover now