[Au Yakuza/Omegaverse]
Tras el fallecimiento de su abuelo Wasuke, la vida de los hermanos Itadori cambia completamente. Ahora deben aprender a vivir dentro de la mafia pero un amor inesperado les ocasionaría más problemas.
Satoru había llegado a la mansión algo somnoliento, era bastante temprano y no entendía porque su padre lo había citado a esa hora. Caminaba con pereza hasta que llegó a una sala que era más hogareña, antes de entrar se quitó los lentes y abrió la puerta.
—Espero que haya una buena razón por la que tengo que estar aquí a esta hora— se quejó mientras se frotaba un ojo, luego alzó su mirada y pudo ver a su padre pero lo que captó su atención fue la persona a su lado —¿Y ese quien es?— arqueó una ceja mientras lo miraba fijamente.
—Satoru, acércate…— mencionó el Gojo mayor con una sonrisa —Déjame presentarte a tu primo, Okkotsu Yuuta. Yuuta este es mi hijo Satoru.
Satoru se quedó boquiabierto mientras que Yuuta le sonrió amablemente.
—Es un gusto por fin conocerte— le extendió la mano aún manteniendo la sonrisa. El albino analizó la apariencia del contrario, pudo notar que tenía una katana en su espalda lo cual se le hizo un tanto curioso.
—Esto es una broma, ¿Verdad?— ignoró el saludo del más bajo y se dirigió a su padre —¿Me estás diciendo que ese tal Okkotsu realmente es una persona real?— cuestionó aún un tanto estupefacto.
—No veo porque te mentiría con respecto a eso— contestó el mayor, Okkotsu bajo su mano al ver qué el otro no tenía intenciones de corresponderle —A partir de ahora me gustaría que ustedes dos convivan juntos para que se conozcan mejor, deberían de formar lazos familiares— abrazó a Yuuta por los hombros y miró a su hijo —Aunque Yuuta tiene experiencia peleando, es nuevo en el negocio familiar así que me gustaría que lo instruyas, sé que lo harás bien— sonrió ampliamente, la ceja de Satoru comenzó a temblar.
—¿O sea que a parte de los Itadori también me tengo que hacer cargo de él?— señaló al alfa más bajo y frunció el ceño —Todo esto solo lo estás haciendo para molestarme, ¿No es así?
—Para ti cualquier cosa que yo haga es para molestarte— soltó un suspiro y se separó de Yuuta —Simplemente él es la única familia que nos queda, ¿No crees que deberíamos de ser unidos?—se acercó al albino y colocó una mano sobre su hombro, le dio un leve apretón —Hoy es su cumpleaños así que te daré el día libre para que lo lleves a algún lugar y se diviertan.
Satoru y Ryunosuke se quedaron viendo fijamente a los ojos, uno mostraba una molestia más que notable mientras que el otro sonreía de una manera que parecía casi burlona. Luego el mayor se separó y se dirigió a Yuuta.
—Te pido que le tengas paciencia a mi hijo, es un chico complicado— el pelinegro menor asintió mientras miraba al albino, este chasqueo la lengua y salió de ahí. Ryunosuke le hizo una señal a Yuuta para que fuera detrás de él.
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Suguru estaba parado frente a la entrada de la mansión, estaba escuchando un audio que Satoru le había enviado en donde le explicaba, a gritos, sobre lo que pasó más temprano. Soltó un suspiro y luego vio como un auto se estacionaba frente a él, de ahí bajaron los Itadori quienes lo saludaron, menos Sukuna porque estaba bastante entretenido en su celular.
