🌊Capítulo#5-Hasta que el destino quiera💦

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-Yibo... ninguna de las palabras que él dijo se entendieron, no fueron más que un montón de letras desorganizadas y sin sentido alguno.-Respondió Yubin aún más confundido que antes.

-¿Eh?.-Yibo preguntó confundido.

-¿Nos estás tomando el pelo?.-Preguntó Wenhan un poco irritado.

-N-no yo.-Trató de objetar Zhan, sin embargo es inútil y lo sabe.

-Suficiente, ya sea una broma o no me estoy cansando de esto.-mencionó Wenhan enfadado a la vez que ponía las palomitas a un lado y se iba a su habitación.

Yubin al ver la reacción de su amigo, miró por última vez a Yibo antes de pararse y correr tras Wenhan.

El ambiente se quedó en un incómodo silencio. Zhan tenía la cabeza baja un poco triste de que el menor tuviera problemas por su culpa. Yibo por su parte estaba procesando lo sucedido.

-Yo...Bodi...puedo explicarlo.-Zhan intentó justificarse con el menor, no quería que el contrario lo odiar o evitara.

-Tranquilo.-dijo Yibo mirando al nervioso mayor.-No se por qué ellos actuaron así, disculpa los, normalmente suelen ser buenas personas.

-No es eso...

-Por cierto Zhan-ge, ya es de mañana ¿Quieres desayunar?.-Cambió de tema.

Xiao Zhan solo asintió lentamente, el menor le sonrió, se levantó y se dirigió a la cocina con el mayor detrás.

Así pasó el resto de la semana. Los amigos disfrutaban sus vacaciones en la playa, hicieron barbacoas, pruebas de valor, competencias de natación. Durante todos esos días Zhan iba temprano en la mañana a la casa vacacional para ver a Yibo, no virando a su "hogar" hasta ya caída la noche. Los compañeros de Yibo no encontraron problema a esto, simplemente decidieron no acercarse más al mayor.

Los jóvenes se encontraban recogiendo las cosas y subiéndolas poco a poco en la guagua que había llegado hace unos minutos, anunciando el fin de una relajante semana. Zhan estaba sentado en una esquina, una mirada triste estaba fija en su hermoso rostro mientras miraba al joven castaño.

Yibo por su parte estaba cargando la maleta, logrando subirla en el bus. Suspiró agotado por el esfuerzo físico, decidió sentarse un rato, un pequeño descanso no le haría daño a nadie. En ese momento, mientras lo miraba, notó la triste mirada del azabache fija sobre él. Se dirigió allí.

-Zhan-ge.-llamó.

-Bodi.-le respondió el mayor.

-No te pongas triste, a lo mejor...¿Podrías ir a visitarnos a Luoyang? -preguntó Yibo entusiasmado ante la simple idea de ver al mayor más seguido.

Zhan agachó la cabeza.

-No puedo alejarme mucho de aquí, al menos no por el momento.

El castaño no supo que decir, al parecer este sería el adiós definitivo.

-Lo siento.-de repente susurró el azabache.

-¿Por qué?.-preguntó confundido el menor, sin embargo fue ignorado.

El ambiente quedó en silencio, no uno incómodo, se sentían cómodos así, uno cerca del otro, lástima que tendrían que separarse.

El tiempo pasó sin que se dieran, tan rápido como la corta semana que compartieron juntos, ya todo estaba recogido y el bus listo para partir.

Yibo suspiró y se levantó lentamente, Zhan lo imitó y juntos caminaron hacia la compuerta del autobús.

-Supongo que esta es la despedida.-El mayor dijo en voz baja.

-Mn.- respondió el menor, no sabía que más podía decir.

-Te extrañaré.-mencionó dedicándole una sonrisa triste al contrario.

-Yo igual a...-Fue interrumpido.

La bocina de la guagua sonó estrepitosamente apurando al menor, todos ya se encontraban dentro, solo faltaba el castaño.

-Cuídate.-intentó sonreír Yibo.

-Tu igual.-respondió.

Al principio dudaron un poco pero ambos cuerpos terminaron juntándose en un fuerte abrazo, cada uno disfrutando del calor del cuerpo del contrario. Solamente se conocieron durante una semana, sin embargo ya vivieron juntos un momento de vida o muerte, y lograron conectarse siendo grandes amigos en estos pocos días, la despedida les dolía.

Tuvieron que separarse al volver a sonar la bocina del bus. Se dedicaron una sonrisa triste y el menor subió a su transporte.

El azabache se quedó abajo, observando al menor a través de la ventanilla. El bus arrancó. Las miradas de los dos jóvenes no se separaron hasta que la distancia se interpuso entre ellos.

El destino es algo inevitable, lo que se debe cumplir tarde o temprano se cumplirá. Al igual que la muerte siempre llega a sus víctimas aunque demore, el hilo rojo puede doblarse o enredarse, pero sus extremos siempre se volverán a encontrar.

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Fin

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¿O tal vez no?

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2 años después

-Vamos no seas abusador, empiezas a trabajar la próxima semana, ¡Podemos disfrutar un poco de la playa! ¿Acaso no te trae recuerdos?.-Preguntó un hombre a su amigo.

-Demasiados.-contestó el contrario con una mirada nostálgica en su bello rostro.

-¡Entonces disfruta de tu juventud!.-Exclamó.

Su acompañante suspiró derrotado.

-Debes madurar Yubin-ge, así será difícil saber que en realidad eres un año mayor que yo.

-Estoy en plena flor de la vida, vamos Didi, no seas malo~.

-¿De verdad tienes 23 años Ge?.- cuestionó el menor incrédulo.

-Si, si, desempaquemos rápido y disfrutemos, recuerda que solo me quedaré contigo estas dos primeras semanas, para ayudarte a acostumbrarte a la nueva vida y tu nuevo-primer trabajo.

El menor sonrió.

-Y te lo agradezco mucho Yubin-ge.

-No debes agradecer.- hizo un gesto de desinterés con la mano.-Ser biólogo marino no debe ser fácil y menos para un recién graduado, obvio que ayudaré a mi pequeño Bo.

-¡Ya no soy pequeño!.-exclamó el menor, haciendo un tierno puchero.

-Tienes razón eres un león adulto.-dijo Yubin entre risas.

-¡Ge!

-Vamos.-sujetó la mano de su amigo.

-¿A donde?

-A la playa, Yibo.-sonrió.

Continuará...

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