🌊Capítulo#7-Pérdida, miedo y reencuentro💦

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El frío aire no paraba de acariciar mi cuerpo, el mar estaba inquieto, grandes y fuertes olas se formaban constantemente antes de desaparecer al llegar a la orilla o impactar contra alguna superficie cercana. Los árboles cercanos se movían constantemente. Me encontraba corriendo lo más rápido que podía por la orilla de la playa, mi corazón latía desenfrenadamente, no por mi carrera, sino por el miedo, miedo de perder a mi mejor amigo. Mi respiración era irregular, sentía mi cuerpo pesado, la arena me dificultaba la movilidad, sin embargo era el camino más corto.

Lo único que podía hacer era rezar en lo profundo de mi mente.

Como si fuera una señal del destino, las gotas de lluvias comenzaron a precipitarse hacia la superficie. Las ignoré, en este momento no son importantes. El pecho me dolía, sentía que con cada pasó se estrujaba más y más, tampoco importaba; solo una cosa ocupaba mi mente en este momento, salvar a Yubin-ge.

No pude evitar detener mi carrera un segundo al llegar al área rocosa de la mañana. Respiré profundamente durante menos de un minuto, no más, intentando aliviar aunque sea un poco el ardor de mi pecho. Al ver que el dolor no se iba a ir en un buen rato, volví a correr, esta vez con un poco más de cuidado para no resbalarme con las rocas mojadas, muerto no podría ayudar a nadie.

Al llegar al final del precipicio, saqué el celular.

En estos momentos no puedo estarle más agradecido a mamá por insistir en comprarme un celular aprueba de agua, quien pensaría que me sería tan útil en este momento.

Sin demorar más encendí la linterna del celular. El ambiente estaba oscuro, de milagro podía caminar sin tropezar, necesito un poco de luz para poder ver cómo bajar.

Pasaron los minutos y empecé a desesperarme, no encontraba la bajada en toda esta oscuridad, la pequeña linterna del celular no me permitía observar toda la amplia área rocosa. Quedándome sin paciencia y sin opciones, decidí hacer la locura más grande de mi vida.

Tragué saliva nervioso. Solamente espero que mi madre no se entere de lo que estoy a punto de hacer.

Me paré en el borde del acantilado y observé hacia abajo. Al parecer ya que en la parte posterior había una cueva interna no se podían observar piedras afiladas o algo que podría ocasionar una muerte en caso de que algún loco piense tirarse de aquí para abajo.

Si, ya puedo considerarme un loco.

Apagué la linterna del celular, el estallido de las olas contra la pared rocosa no hacía más que ponerme nervioso. Una vez de vuelta en la oscuridad, guardé el celular lo más pegado a mi ropa posible, quien sabe cuándo sería útil de nuevo, no lo puedo perder.

Sin pensarlo más retrocedí unos pasos lentamente, agarré una bocanada de aire y corrí hacia el borde. Al llegar a la esquina antes de pensarlo más y arrepentirme de mi acción salté, ya no había vuelta atrás.

Fui recibido por el fuerte ajetreo de las olas. El impacto contra el agua hizo que todo mi cuerpo doliera, seguramente debido a la presión ocasionada por el choque y la altura. Evitando tragar agua, me mordí el labio inferior para no abrir la boca debido al dolor, seguramente tendría una pequeña herida allí más tarde, sin embargo eso no era lo esencial ahora.

Soportando el dolor corporal, intenté subir a la superficie, la fuerte corriente intentaba arrastrarme de un lado a otro; ahora entiendo perfectamente el dicho sobre nadar contra la marea.

No iba a llegar a la superficie. Solo a mi se me ocurre saltar al mar en medio de un fuerte oleaje, pensé que podría luchar contra la marea pero al parecer me equivoqué. El oxígeno me está empezando a hacer falta, a este paso, solo me arrepiento de no haber podido salvar a Yubin, y todo por desesperarme y no buscar la bajada hacia el nivel del mar del acantilado.

Swimming in your LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora