🌊Capítulo#14-Suegros💦

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Las estrellas brillaban en lo alto del cielo, el manto oscuro de la noche ya había hecho su presencia. Un pelinegro entraba silenciosamente a la casa. Sus ojos estaban rojos, señal de que se había encontrado llorando. Suspiró para calmarse, no quería que su menor lo observará de esa forma, él debía ser fuerte y protegerlo.

-Lo siento.-la voz rota del menor le llamó la atención, al parecer se encontraba hablando con alguien en la sala.

-No pude cumplir mi promesa, lo siento A-Niang.-lloró.

El ambiente quedó en silencio unos segundos antes de que el menor volviera a hablar.

-Todos fue mi culpa, me dijiste que me alejara del océano.- la voz lastimera de Yibo hizo que Zhan quisiera ir allí y esconderlo en un lugar donde el resto del mundo no lo pueda volver a lastimar, pero sabía que era imposible.

Por la forma en que está sucediendo la conversación, puede deducir de que probablemente, el menor esté hablando por teléfono en vez de que haya alguien físicamente allí presente.

-A-Niang, dicen que no me voy a poder alejar de este lugar, dime A-Niang, ¿Cómo fue que lograste irte? Quiero verte.-suplicó.

Tuvo que pasar otro tiempo en silencio para que el menor soltara de repente un gemido doloroso.

-Puedo intentarlo, a lo mejor alguien me ayuda como A-Die lo hizo contigo.

Zhan no sabía a lo que se refería su menor, sin embargo de una cosa estaba seguro, estaba planeando una locura.

-Pero aparte de ti y Zhan-ge no me queda más nada en este mundo, si ahora también te pierdo, no me importaría secarme mientras intentó llegar allí.-protestó entre llanto.

¿Saben qué? Al diablo quedarse escondido, Zhan no soportaba más seguir escuchando sin hacer nada, y más cuando su Didi se encuentra en ese punto que hasta desea morir.

-¡Yibo!.-Gritó apareciendo de repente.

El castaño dio un brinco y gritó asustado, su celular se le resbaló y cayó sobre el sofá donde reposaba durante la conversación.

El mayor se dirigió hacia su Didi rápidamente, se arrodilló en el suelo y lo abrazó contra su pecho.

-Z-Zhan-ge.-el menor se puso nervioso, no había oído el momento en el que su Gege había entrado, lo que más le preocupaba era ¿Cuánto el mayor escuchó sobre la conversación? Por la forma en la que lo estaba abrazando ahora mismo, podía deducir que si bien pudo no haberla escuchado completa, si se enteró de lo más importante.

-A-Yi, Yibo, ¿Estás ahí? ¿Qué sucede? ¿Bebé?.-preguntó su madre muy preocupada, había podido escuchar el grito del menor.

Aún con un poco de esfuerzo, Zhan fue capaz de finalmente captar la voz de la persona con la que estaba hablando su Didi, si bien se encontraba un poco modificada por la tecnología, no había duda de que seguía siendo una hermosa y melodiosa voz, solo quedaba una explicación.

-Lan Yifei.-llamó el pelinegro mientras cogía el celular abandonado en el sofá.

Yibo empezó a intentar quitarle el celular a su mayor, por mucho que confiara en él sabía que cualquier interacción entre su madre y otros tritones o sirenas era peligrosa. No quería que a su querida A-Niang le pasará lo que a él le pasó hace poco.

Zhan iba a empezar a hablar antes de darse cuenta de que un pequeño león intentaba arrebatarle el teléfono, lo aprisionó bajo su brazo y continuó la charla, aún cuando su menor se removía intentando librarse y quitarle el aparato.

-¿Quién eres?.-estando tan cerca, Yibo podía escuchar, casi en un susurro, el tono serio de su madre.

-Xiao Zhan, príncipe heredero de Yiling.-se presentó.

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