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《Se acercó cuidadosamente a la pequeña figura en el rincón, mientras esta temblaba de miedo. Su mano se posó cautelosamente en su hombro, estaba frío. Fijó su vista en su rostro, estaba cubierto por varios mechones de pelo que se pegaban a su...
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▬▬▬▬▬▬ ABRIÓ LOS OJOS, SENTANDOSE EN LA CAMA Y VIENDO LOS ALREDEDORES CON EL CEÑO FRUNCIDO. Con pereza, apartó las sábanas que lo cubrían, examinando por unos segundos la correa alrededor de su tobillo. Ingresó los dígitos en la cerradura y se lo quitó. Se levantó de la cama, revisando la arena a los pies de la misma.
Satisfecho, inició su rutina. Alimentó a su amigo de una aleta, se preparó para el trabajo y─
¡Oh diablos!
Sus neuronas hicieron cortocircuito al ver la hora, salió con prisa de su departamento, encontrandose en la entrada con el sujeto que vende escobas... justo frente a la misma.
¡Rayos, rayos, rayos!
Esas palabras recorrieron sus pensamientos al recordar que ni siquiera desayunó. Aguantará. Ni que fuera tan necesario, además solo es una vez.
Al ver al autobús pasar, corrió lo más rápido que pudo, intentando alcanzar el transporte.
Cuándo subió... todo estaba lleno, lo peor era que el viaje era algo largo, una o dos horas de viaje, dependiendo del tráfico.
Será un día largo...
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──20:56 p.m | Londres.
Cuándo las puertas del elevador se abrieron, Steven arrastró su propio cuerpo dentro de la caja de metal. Somnoliento, apretó el botón del quinto piso, apenas pudiendo mantener los ojos abiertos.
El suave movimiento del ascensor logró relajarlo, hasta que el ascensor paró y abrió sus puertas. El pasillo estaba pobremente iluminado. Pero podía distinguir perfectamente la pequeña figura de una mujer, de cabellos negros, los cuáles estaban mojados. Y llevaba una manta, cubriendola desde los hombros hasta sus pies.
Frunció ligeramente el ceño. Pero decidió seguir su camino de forma insegura. Poco a poco, pudo observar el ligero temblor que envolvía el cuerpo de aquella mujer.
Preocupado por que le haya sucedido algo, se acercó lentamente hacia la figura sentada en un rincón. Cautelosamente posó su mano en el hombro de ella.
Frío...
Pensó, al sentir la frialdad de la piel ajena. Fijó su mirada en su rostro, apenas lograba distinguir sus ojos debido a los mechones en su frente. Delicadamente los aparta.
Ojos grandes, oscuros como los suyos, lo observan curiosos.
━━━ ¿Estás bien?.━━━ Era raro hacerle esa pregunta luego de haber invadido su espacio personal.
Ella se limitó a observarlo. Las luces parpadearon unos segundos, llamando la atención de aquella mujer misteriosa. Extendió su mano hacia la luz, como si no supiera qué es.
━━━ ¿Cuál es tu nombre? Me llamó Steven.━━━ Se presentó, hablando en voz baja, temiendo asustarla. Ella lo miró.
Separó ligeramente sus labios resecos y agrietados, susurrando algo que no logró entender.
━━━ ¿Disculpa? ¿Qué dijiste?.━━━ Preguntó con amabilidad.
