▬▬▬▬ A PESAR DE LAS PALABRAS DE GRANT, ELLA NO FUE A CASA. Necesitaba un pequeño período de 20 minutos, al menos, para ordenar su, ahora, desordenada mente. Caminaba por la calle, la mirada gacha, las manos en los bolsillos con una postura ligeramente encorvada, como si estuviera deprimida por algo. Sus ojos oscuros recorrían las calles llenas de multitudes en busca de algo.
Tenía una ligera paranoia luego de aquel encuentro con Grant. Si aquello no fue un sueño; ¿Por qué estaban ahí? ¿Cómo llegaron? ¿Por qué ninguno recordaba nada?. Habían pasado dos días, los cuáles no fueron contados como se debería.
Sus ojos recorrían fugazmente los rostro que iban pasando a su lado. Se sentía perseguida, o vigilada constantemente. Miró disimuladamente por encima de su hombro, casi de reojo, solo para notar a un hombre mirandola. Ante su movimiento, él volteó. Segura de su sospecha, solo camina con más prisa, fingiendo haber recordado algo con sus gestos.
El hombre le sigue el paso a una distancia insospechada, mientras intenta perderlo entre las calles y la multitud.
Dobla bruscamente en una esquina, entrando a un callejón que daba a la siguiente calle. Rápidamente, busca donde esconderse, prefiriendo el contenedor de basura afortunadamente vacío para ello.
Oculta, intenta escuchar lo que sucede afuera. Escucha pasos. Luego estos se detienen. Oye una maldición y que dice algo, posiblemente por una radio debido a la pequeña estática que logró captar.
Los pasos se alejan, hasta que el silencio abunda. Dando así, la oportunidad de salir del escondite. Aun insegura, mira a ambos extremos del callejón, esperando que aquel hombre aparezca por uno de los lados para salir corriendo.
Pero simplemente no pasó.
El agudo pitido en sus oídos la obligó a taparselos, haciendo una mueca de dolor agudo. Un insoportable dolor de cabeza llegó repentinamente, haciendo que cayera de rodillas contra el suelo. Escucha distintas voces en un recuerdo momentaneo.
YOU ARE READING
W R A I T H
FanfictionW|| 《Se acercó cuidadosamente a la pequeña figura en el rincón, mientras esta temblaba de miedo. Su mano se posó cautelosamente en su hombro, estaba frío. Fijó su vista en su rostro, estaba cubierto por varios mechones de pelo que se pegaban a su...