Contra Ataque. [Cahwi]

19: Nuevos planes.

Dos días después....

Yahwi se agarró con fuerza de la espalda ancha de Caín mientras este le seguía follando como si el mundo se fuera acabar.

No sabía exactamente qué día era pero tenía claro que llevaban como dos días metidos en ello. Caín a veces salía a cocinar algo para ambos, se bañaban y luego de nuevo a la rutina de sexo. Su cuerpo parecía ya haberse acostumbrado pero no sentía nada, ya estaba agotado.

— P-Por favor... Y-Ya no M-Mas... — Jadeo contra el oído de Caín quien seguía absorto en sus impulsos.

Su abdomen estaba empapado de su propio semen pero parecía más agua, ya sentía que no se podía correr más, ya no había nada que soltar.

— Aguanta un poco más. — Gruñó.

De repente Caín salió de su interior, se sentó en la cama y lo tomó ente sus brazos sentandolo en regazo como si nada, la espalda de Yahwi tocó el fuerte pecho del rubio quien agarró esos carnosos muslos y lo follo aún más fuerte. Las embestidas eran profundas y Yahwi creyó que no podría soportarlo más.

— ¡N-No!¡E-Espera!¡Ah! — Mordió su labio con fuerza haciendo que de este saliera sangre por la presión ejercida. — ¡Y-Ya detente Caín!

Pero Caín no se detuvo, su movimientos fueron más certeros y rápidos por lo que Yahwi tuvo miedo, sentía que algo más saldría, su cuerpo estaba convulsionando del placer y sus gemidos se convirtieron en gritos que seguramente se escuchaban por todo el apartamento.

Caín se mordió el labio cautivado por la escena y con sus dos manos agarró cada uno de los pechos de Yahwi apretándolos, masajeó lentamente la circunferencia y pellizcó esos duros pezones. Sus ojos no se apartaban de esos dos dulces rosaditos que temblaban a su toque como si rogaran por querer más atención. Que rico.

— ¡E-Espera por favor Caín!¡A-Algo va a salir!

El nombrado Ladeó su cabeza inocentemente. — Pues déjalo salir.

— ¡No no no no no!

Yahwi chilló y echó su cabeza hacia atrás sosteniendola con el hombro de Caín mientras este apretaba su cuello sin pudor alguno. Un líquido levemente amarillento de repente salió de su pene empapando las sábanas, sus piernas temblaron pues los espasmos ocasionados por ese orgasmo fueron mucho para él.

— N-No... M-Me orine... — Yahwi lloriqueó, jamás había sentido tanta pena por algo así y estaba más rojo que un tómate. — Q-Que vergüenza... N-No mires.

Pero a Caín le brillaron los ojos, por primera vez en su vida veía algo como eso y fue majestuoso.

— Es como una fuente.

Yahwi le pegó un puño en la cabeza y lo miró enojado. — ¡Tu estúpido tonto y pulgoso perro!¡Te dije que te detengas!

— Eso dolió. — Hizo una mueca mientras acariciaba su cabeza.

— Ya suéltame, estoy cansado.

— Pero yo no me he corrido... — Dijo y Yahwi abrió los ojos alarmado.

— Ni siquiera lo pienses, te mataré Caín.

El rubio soltó una risita traviesa. — Si es que primero no te mato yo del placer.

Lo empotró en la cama, tomó las caderas y entro de una sola estocada haciendo que Yahwi gritara.

El gatito gruñó. — ¡Déjame ya!¡Eres molesto!

— Cállate, haces mucho ruido cuando te follo, maldita sea. — Frunció el ceño. — Pareces una maldita puta.

Yahwi le agarró de cabello obligando a mirarle. — Cuidado con lo que dices Caín, me estoy empezando a enojar, te lo he dicho, respétame...