3 | La fuerza del destino.

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"Las casualidades no existen. Todo pasa por algo."

Yo:
¿Hola? Encontré tu cartera.

Eran las 9:00 pm y recién había llegado al apartamento cuando envíe el mensaje de texto; después de que salí del café, mis amigos me contactaron para ir a beber unas cervezas y que les contara de mi -no- fantástica cita.

Si, mis amigos eran aquellos que bebían entre semana.

A la quinta cerveza decidí retirarme y, al llegar al edificio, recordé que llevaba conmigo algo que no era mío: la cartera lila.

Esperé una respuesta inmediata, pero, al no verla, decidí tomar un baño un poco relajante. A los minutos de salir, mi teléfono vibro indicando un nuevo mensaje.

82 2 638 9375
No me importa si te quedas el dinero qué hay dentro, solo necesito las tarjetas, por favor.

Reí al ver el mensaje, ¿acaso pensaba que me quería quedar con su dinero?

Mire la cartera en mi cama y me acerqué para tomarla, ¿sería de mala educación ver quien era antes de responderle? Sin pensarlo tanto, la abrí para poder observar su identificación.

Elara Brighwoods.
23 años.
Los Ángeles, California.

Vaya, así que no era de Corea, quizá una turista.

O eso pensé hasta que observé del lado izquierdo una credencial de estudiante.

Universidad Nacional de Seúl: Humanidades.
Elara Brighwoods.
Psicología.
Intercambio estudiantil.

Y ahí comprendí porque era importante para ella sus tarjetas.

Yo:
Tranquila, ¿Elara? No tome nada de ella.

Respondí recordando su nombre intentado darle tranquilidad, era de esperarse su respuesta, pero ¿porque la sentía tan agresiva?

82 2 638 9375
¿Como sé que dices la verdad?

Yo:
Créeme que de haber tomado algo, no te estuviese mandando un mensaje de texto, hubiese preferido quedarme el dinero y dejar la cartera justo donde la encontré, lo que sucediera después no sería asunto mío.
Soy todo un caballero.

Yo sabía que eso no formaba parte de ser "caballeroso", al contrario, tampoco podía considerarlo algo "bueno" puesto que tome el objeto y lo lleve conmigo en lugar de dejarlo en ella cafetería y mandarlo a cosas extraviadas.

Quizá sólo era mi egocentrismo saliendo por las cervezas que había tomado hace unas horas.

82 2 638 9375
¿Y si dices ser alguien que no es?

Yo:
Lo sabrás cuando te entregue la cartera, justo donde la perdiste.

Como el estudiante que alguna vez fui, la comprendí, también me importaría más mis tarjetas que el dinero, así que tenía pensado proporcionar un encuentro.

82 2 638 9375
A todo esto, ¿cómo tienes mi número de teléfono?

Mi espalda toco el respaldo de la cama, aún con el cabello húmedo y la toalla en mi cintura, está conversación era más interesante que cambiarme.

82 2 638 9375
¿Revisaste mi cartera acaso?

Yo:
No, tú nombre y el número de celular estaban en el ticket de la cafetería donde encontré tu cartera...

82 2 638 9375
Ah, ya. Bueno, gracias a la encuesta has podido contactarme.

Fruncí mi ceño dudando, ¿de qué encuesta hablaba?

Coffee shop «Kim Namjoon»Where stories live. Discover now