Coffee shop «Kim Namjoon»

11| ¿Puede mi tragedia ser tu suerte?

Con cariño, para ti. drxxcxx

"Cuando el amor es mágico, lo llamamos destino."

—No se me hace correcto que uno de sus trabajadores haga sentir incomoda a mi chica —respondí al gerente.

—Estoy de acuerdo con ustedes, lo entiendo, hablaré con todo mi personal respecto al tema del acoso y será la última vez que se presente una situación como esta, les pido una disculpa a ambos —el amable gerente se inclinó en modo de disculpa y después se retiró para firmar la carta de renuncia que se le redactó al chico por acoso al cliente.

El gerente de la cafetería no tardó en llegar cuando le marcó este otro chico que nos había atendido en diferentes ocasiones, su primera intención fue preguntar a Elara si se encontraba bien -lo cual me pareció adecuado- ante la situación que se presentó.

Elara mantenía sus brazos cruzados mirando al piso, un poco preocupada por todo lo que había pasado. Mi brazo pasó por su espalda baja para dar un suave masaje en intento de calmarla, mi acción la hizo sobresaltarse un poco para mirarme con sus mejillas sonrojadas en su máximo esplendor.

—¿Estas bien? —pregunté.

—S-sí, gracias Namjoon —respondió sin evitar mi mirada. —me alegro mucho de que hayas estado aquí.

—Yo también me alegro de haber estado aquí, ojalá la situación hubiese sido diferente —sonreí intentando animarla.

Elara asintió aun mirándome, sus brazos se soltaron en muestra de calma y suspiro para después hablar.

—Yo... yo venía a estudiar, pedí una limonada, ni siquiera había tomado asiento cuando él se acercó ofreciéndome pastel, todo pasó muy rápido y-y me asusté yo-

—Lo entiendo, ¿sí? Nada de esto es tu culpa-

—Si yo no le hubiese dado mi número en un principio-

—No sabías que intenciones tenía, lo consiguió a mentiras, no quiero que te culpes de ello, quiero que me escuches, ¿puedes? —pregunté, Elara asintió en respuesta. —nada de esto es tu culpa. —repetí. —además, no te hubiese podido contactar cuando perdiste tu cartera —sonreí en apoyo. —la tragedia de uno es la suerte del otro, ¿no?

Elara río avergonzada ante lo último.

Y puedo decir que fue lo más bonito que había escuchado en mi día.

—¿Puede mi tragedia ser tu suerte, Namjoon? —preguntó más animada.

—Definitivamente.

Las sonrisas que nos brindábamos eran sinceras, envueltos solamente en nosotros dos, sin la interrupción de nadie, solo buscando nuestras propias miradas.

—Pido perdón por la interrupción, sus pedidos están listos, me ha comentado el gerente que es un regalo de parte del establecimiento por todo el inconveniente que se causó —la voz de un chico se escuchó logrando captar nuestra atención.

El cajero de las veces anteriores se encontraba frente a nosotros, inclinado un poco y sosteniendo en sus manos dinero haciéndonos la devolución de este.

—No, no, no... estoy bien así, muchas gracias —negó Elara.

—El gerente me ha dicho-

—Puedes quedártelo como propina, esta bien por parte de ambos —respondí amable.

Elara me miro unos segundos y regreso su vista a la persona frente a nosotros con una sonrisa.

—No me molesta, adelante —respondío la morena.