Freya Baker jamás en su vida le prestó atención a los merodeadores, ni siquiera al hermano de su mejor amigo.
Ella simplemente vivía en su mundo...
En su mundo de aventuras.
Un mundo en donde ella viajaba y resolvía problemas en todo el mundo.
Un mu...
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❝Te dejo libre...❞
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Una semana y media después de que James despertará Madame Pomfrey le aseguró a Freya que ahora estaba totalmente fuera de peligro y recuperado.
Había llegado la hora de que ella hable con él, ya no estaba en peligro, no le podía pasar nada, ahora podrían hablar.
-¡Freya!-
Ella entraba a la torre de premios anuales, donde James había pasado descansando los últimos días, cuando alguien la llamó.
Se sintió terriblemente mal al ver como Euphemia se acercaba a ella con una sonrisa enorme y varias bolsas.
-James me dijo que pronto ibas a volver de tus clases- La chica asintió sonriendo lo mejor que pudo-Hoy fui a comprarle unas cosas, ya sabes sus dulces de pimienta y todo eso-
-Lo van a acabar matando- Murmuró la pelirroja haciendo reír a la mayor.
-Eso digo yo, ven hija, siéntate-
Freya siguió a la señora Potter hasta el sofá y se sentó a su lado, si algo le dolería más ese día era saber que no volvería a saber de esa señora que había sido tan amable con ella.
-Cuando estaba en Hogsmead vi una tienda y pensé en ti de inmediato cuando vi un conjunto de cuadros amarillos así que te lo compré, pero luego dije necesita un bolso a juego y luego un collar y terminé con todas estas cosas- Explicó la mujer.
-¿Todo esto es para mí?- Preguntó la chica sorprendida.
-Claro- Euphemia sacó una falda y se la mostró a Freya- Aunque también había traído algunas de mis cosas de joven, las guardé para mi hija, pero nunca tuve una y ahora te tengo a ti, todo es para ti-
La Baker sonrió y tomó la falda que Euphemia le ofrecía, su sonrisa desapareció al darse cuenta de lo que iba a hacer en unos minutos y que tiene que hablar con la mujer de eso.
-Ay no, no te gustó, ya decía yo que es muy pronto, lo siento, no debí tomarme atribuciones...- Decía la señora Potter avergonzada.
-Muchas gracias Mia, de verdad que todo me encanta y enserio te agradezco por pensar en mi- Interrumpió Freya con los ojos cristalizados.
-Esto no se trata de la ropa...- Dedujo Euphemia al verla.
La mujer se acercó hasta la chica y la abrazó con fuerza, como una madre abrazaría a su hija.
