Freya Baker jamás en su vida le prestó atención a los merodeadores, ni siquiera al hermano de su mejor amigo.
Ella simplemente vivía en su mundo...
En su mundo de aventuras.
Un mundo en donde ella viajaba y resolvía problemas en todo el mundo.
Un mu...
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❝Final parte 2❞
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Severus entró corriendo a la mansión, aún tenía a su hija en brazos y una carta en la mano, corrió a la sala y vio a Freya jugando con Alisson mientras Bastian tenía a Blaise y Victoria tocaba el piano.
-¡Frey!-
La pelirroja se volteó y sólo le bastó ver el rostro de su amigo para saber que algo malo había pasado.
-¿Qué?- Preguntó Bastian levantándose del suelo con rapidez- Severus ¿Qué ocurre?-
-Son los Potter...-
-¿Mi papá?- Alisson se levantó rápidamente al igual que su madre.
Freya, Bastian y Severus salieron de la mansión Zabini segundos después dejando a los tres niños a cargo de Victoria que prometió avisar a Peter, Amalthea y Manson.
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La Baker casi cae de rodillas al llegar y ver la casa Potter rodeada de aurores, Dumbledore discutía algo con Cornelius y cuando la vieron se quedaron en silencio.
-Déjame pasar- Ordenó la mujer a uno de los aurores.
-Lady Zabini...-
-¡Que me dejes pasar!-
Freya entró de igual forma seguida por sus amigos, Cornelius evitó que Dumbledore la detuviera con su brazo.
-Déjala, ella lo amaba-
El anciano profesor simplemente asintió y bajó la mirada deseando poder proteger a la pobre chica de lo que encontraría.
Freya no sabía qué le decía que ese era el camino, solo lo sabía y ya está, pero al entrar al estudio un grito desgarrador inundó la casa por completo.
El llanto de una Ninfide podría hacer llorar a quien lo escucha, pero aquel desgarrador sonido hizo que hasta el corazón más frío de los presentes se rompiera.
La pelirroja se acercó a James con lágrimas en sus ojos y tomó su rostro para abrazarlo. Bastian y Severus la vieron con lágrimas al escuchar su llanto.