El primer paso para la confianza

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Lincoln Loud, desde que tiene uso de razón, se ha llegado a hacer conocer, como el Hombre del Plan.

Haber tenido que pasar su vida rodeado de 10 hermanas le había echo ver, que cuando las cosas se llegan a poner difíciles ya sea para uno o para todos, no estaba de mas tener una idea a la mano para hacer que las cosas lleguen a funcionar.

Por eso, es que ante cualquier situación era bueno idear un plan, sobretodo cuando sus hermanas llegaban a estar de por medio en dicha situación.

Eso es lo que le daba sentido a sus planes, el saber mucho acerca de sus hermanas en general es lo que ayudaba a que los planes cobraran efecto.

Sin embargo, en este caso era por mucho demasiado diferente, esta vez en si no sentía que se le fuera a ocurrir un plan, ni siquiera creía que fuera a llegar a empezar en planificar uno.

Todo a causa de que acababa de escuchar la historia contada por Rachel River.

En el principio que la conoció que fue hace poco técnicamente, la veía como una chica dura con una especie de... aura de alguien que no dudaba en batallar en todo momento.

Pero ahora, dicha perspectiva ha cambiado de manera radical tras escuchar su historia.

No era psicólogo ni nada por el estilo, pero si tuviera que adivinar, podía decir con seguridad que la pelinegra era alguien que por dentro sufría y mucho, que ahogaba su dolor y no lo dejaba a simple vista.

Ademas, no podía estar callado de por vida, es decir si podía... pero sentía que podría no ser lo mas indicado.

Así que sin mas, y con el riesgo de llegar a tener un ojo morado, el albino posa una mano sobre el hombro de Rachel, de manera que logra llamar la atención de esta ultima.

-Mira Rachel yo, no soy el mas indicado para hablar en esta clase de situaciones pero, creo que desde hace mucho que te lo has guardado, ¿cierto? -pregunto Lincoln a la vez que veía directamente a la pelinegra a los ojos.

Rachel por su parte, solo estaba en silencio y sin llegar a emitir sonido alguno, y era difícil saber que podría decir la expresión de su rostro ahora.

Con el nuevo silencio que se acababa de formar, el chico de cabello blanco se empezó a sentir algo confundido pero, la verdad es que a su vez esto era algo que ya no le sorprendía en varias formas.

Y sin embargo y, aun sabiendo que era posible el que la pelinegra aun iba a ser capaz de darle un golpe fuerte en la cara, se arriesga a volver a hablar.

-Pero sabes, a pesar de que no entiendo el como te sientes ahora, se que no esta bien el guardarte lo que por dentro sientes en realidad, eso siempre termina afectando de un modo u otro. -dijo Lincoln tratando de sonar reconfortante. 

Sin embargo, en ese momento el chico se percata de que debido a que tenia la mirada agachada, la chica parecía que sus ojos se hallaban tapados por uno que otro mechón de pelo.

Al ver aquello, el hermano de en medio de los Loud, no pudo evitar el tragar pues el ver a la pelinegra de ese modo, le recordaba a como una vez Lori, debido a un incidente en el que su teléfono termino por romperse, por poco y lo termina convirtiendo en un pretzel humano, como ella diría.

Nunca iba a poder quitarse de la cabeza que, durante todo ese día corrió a lo largo y ancho de la casa Loud para escapar de la furia de su hermana mayor.

Y si, justo ahora en este momento, se sentía igual que en aquella ocasión solo, que no estaba seguro de que manera esto se iba a terminar desencadenando.

Pero, no tuvo tiempo de seguir pensando cuando sintió como era agarrado con fuerza del cuello de su camisa y,  es cuando ve que se trataba de Rachel la cual aun tenia la mirada agachada.

The Loud House: La Luz de LincolnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora