Capítulo 11.- A donde tú vayas, yo iré

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Hanji tenía razón. Se había vuelto un obsesivo de la limpieza igual que Levi. 

Pero sería injusto juzgarlo considerando el tiempo que había pasado el detective formando sus habilidades, siempre con un ojo crítico y honestamente enfermizo. Debía recordar la estabilidad que le proveyó dedicarse al aseo del departamento en Whitehall Street, después de la muerte de su madre, cuando no era capaz de asimilar su situación ni pensar en relacionarse con otros. 

Ahora volvía a tener una familia, pero ya no podía hacer nada contra ese impulso de limpiar y ordenar todo. 

 Y eso incluía la "habitación secreta" de sus padres adoptivos. 

Eren suspiró, reforzó su agarre en el balde con suministros de limpieza en su mano y abrió la puerta. 

Levi y Hanji habían trabajado dentro de ese cuarto varias horas aún después de su turno en Scotland Yard, pero jamás le habían permitido, ni a él ni a Mikasa, entrar para echar un vistazo. Ni siquiera cuando la niña deseaba llevarles algo de beber o comer, cuando se hacía muy tarde. 

Eren estaría mintiendo si decía que no tenía ni un mínimo interés o curiosidad por lo que había ahí dentro, así que cuando entró caída la tarde, y vio una habitación igual a la suya (pero mucho más desordenada) se sintió decepcionado. 

Era evidente que nadie dormía en la cama desde hacía mucho tiempo, pero el suelo estaba tan lleno de cajas que era casi imposible moverse. 

— Es increíble que Levi no haya arrasado el lugar antes. —Reflexionó el chico en voz baja, tomando una de las cajas para colocarla sobre el borde de la cama. 

Si quería limpiar a fondo, debía tomar algunas decisiones. 

Por un lado, no era correcto husmear entre las cosas de sus padres, especialmente si correspondían al trabajo, pero por el otro lado, Levi estaba todo el tiempo ocupado entre Scotland Yard y la boda, y era injusto pedirle que lo resolviera todo por su cuenta. 

Además… 

Sí, además estaba eso. 

El elefante en la habitación que sólo él parecía notar. 

Su padre biológico, Grisha Jeager, le había escondido un montón de cosas importantes con el pretexto del trabajo. Cosas que tal vez, de haberlas conocido, hubiera podido ayudar a su madre. 

Hanji decía que mirar al pasado no beneficiaba a nadie, pero Eren simplemente no podía olvidarlo. 

Antes de que pudiera pensarlo mejor, abrió la primera caja y comenzó a inspeccionar su contenido. 

En serio, alguien tenía que quitar todo ese polvo. 

Archivos, más archivos… y unas fotografías que Eren apenas fue capaz de ver. 

Realmente aquello era del caso del Destripador. 

Luchando contra las náuseas y la repulsión, siguió ordeñando las cajas, ahora con más ímpetu. Si habían fotos y archivos de esas otras mujeres, significa que debían haber de… 

Carla Jeager. 

Las manos de Eren temblaron mientras sostenía el archivo de su madre, dudoso de abrirlo al principio. 

Vino a su mente el día que conoció a Levi, cuando le suplicó encontrar al asesino de su madre. 

En aquel entonces estaba asustado; tenía pesadillas frecuentes de aquel hombre algo de negro entrando a su habitación para cortarle el cuello y luego sacarle los intestinos. Ahora, sin embargo, la furia lo sacudía de pies a cabeza. 

Jack el destripador | Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now