Capítulo 23. Té en Baker Street 2da Parte

286 42 29
                                    

Mientras que la llegada de Mikasa y Hanji a Baker Street claramente había tomado desprevenido a Eren, la visita del médico forense, Zeke Fritz, no parecía sorprenderlo en lo más mínimo.

Hanji se sintió extraña cuando se topó de frente con él al abrir la puerta.

Se veía igual que siempre, arreglado y pulcro, con una barba bien recortada y un par de anteojos brillantes sobre el tabique de la nariz que no opacaba el brillo de sus ojos azules. Sin embargo, Hanji se dio cuenta que no esperaba verlo aquel día.

Mike le había suplicado que se tomara algunos días de descanso después de la muerte de Anka, y ya que de todos modos no podía trabajar en el caso, decidió hacerle caso, para variar. Eso había reducido considerablemente las interacciones con el otro forense, que al menos había tenido la decencia de mantener las distancias al verla tan afligida.

Ahora, la distancia era más bien una muestra de cortesía.

Una tensión extraña flotaba entre ambos, mientras Hanji intentaba descifrar qué era aquel extraño sentimiento.

Se sentía como cuando estudiaba su especialidad en París, abriendo cuerpos por primera vez, debiendo descifrar la causa exacta de la muerte. Era una sospecha, un anhelo por comprender cada pieza que se le presentaba bajo la piel helada de los cadáveres. Un instinto que iba más allá de la ciencia puramente descriptiva.

Para empeorar las cosas, pudo ver un destello inteligente en aquellos ojos claros que la observaban con el mismo detalle y atención.

Claramente, él también podía sentirlo.

Justo cuando Hanji pensó que se ahogaba, Zeke se quitó el sombrero con un gesto formal.

─ Buenas tardes, doctora Zöe ─dijo, saludando con una inclinación de cabeza. Luego, cuando Eren llegó corriendo a su lado, mostró una sonrisa juguetona─. Hola, Eren. Disculpa, no sabía que tendrías visitas el día de hoy.

─ Ah ─dijo Eren, viéndose culpable─, yo tampoco.

Hanji se sonrojó, incómoda.

─ Ha sido mi culpa ─dijo ella de inmediato, removiéndose─. Fue una decisión impulsiva, así que no se me ocurrió mandar un mensaje de que vendría el día de hoy.

─ Oh. ─Zeke la miró un momento─. Podría volver otro día, entonces...

No ─intervino Eren, casi sobresaltado─. No es necesario. Puede quedarse a tomar el té con nosotros, ¿no es cierto, Hanji?

Hanji levantó las cejas, mirándolo sin poder ocultar su sorpresa.

─Eh...

De ninguna manera esperaba que estuviera tan entusiasmado de reunirse con Zeke.

Sí, sabía que habían tenido una conversación agradable en Kensington, y ella había permitido que ambos mantuvieran correspondencia mientras Eren seguía viviendo en Whitehall, pero, de algún modo, no esperaba que su relación fuera tan estrecha como para visitarse a cualquier hora del día.

Una punzada de inquietud le apretó el corazón cuando Zeke levantó la mirada, casi buscando su aprobación. Estaba entre la espada y la pared.

¿Qué podía decir? Sin importar cómo se sintiera, no podía prohibirle a Eren recibir a quien quisiera en su casa. Sobre todo, cuando fue ella quien decidió aparecer ahí sin anunciarse.

Incómoda, y con sus sentidos atolondrados, Hanji se forzó a sonreír.

─ Por supuesto ─dijo, haciéndose a un lado de la puerta. No se le ocurría algo ingenioso que pudiera aligerar el ambiente, y no había pasado por alto la postura cautelosa de Zeke, así que fue un alivio cuando Mikasa los encontró a las puertas del salón─. Oh, creo que no había tenido la oportunidad de presentarle a mi hija Mikasa, doctor. Mikasa, como sabes, Zeke Fritz es un querido colega de Scotland Yard.

Jack el destripador | Segunda TemporadaWhere stories live. Discover now