Capítulo 21. Highgate Cementery

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Levi fue recibido por el petricor del cementerio de Abney Park, después de que una suave llovizna hubiera refrescado la ciudad durante el crepúsculo.

A diferencia de otros cementerios, Abney Park poseía una belleza lúgubre bastante peculiar, como salido de un cuento de hadas irlandés. Los árboles crecían frondosos y un poco salvajes alrededor de la tapia en ruinas y las lápidas y cruces gaélicas.

Podía entender por qué alguien encontraría tranquilidad en aquel sitio, de día o de noche, sólo parar recuperarse del agobiante ritmo de la ciudad. Pero comprender por qué Erwin, según sus informantes, rondaba el cementerio con frecuencia después de que el cuerpo de Anka Rheinberger fuera hallado entre las tumbas, eso era un caso diferente.

Pensó en su viejo amigo, en aquella tarde en Flower Street cuando Reiner casi los mata en aquel edificio en llamas. Recordaba el aroma tóxico del humo, el calor infernal y los gritos de los residentes que intentaban salir a trompicones; la desesperación y la adrenalina pitando en sus oídos. Y Erwin, haciéndose el puto héroe para salvarlo a él y a una mujer ciega con su bebé, perdiendo el brazo y casi muriendo en consecuencia.

Levi se sentía culpable.

No podía mentirse a sí mismo diciendo que no era así. No es como si no hubiera regañado a Hanji varias veces por la misma razón. De un modo u otro, ambos se sentían culpables por la suerte del antiguo Comandante de Scotland Yard, que había perdido su brazo, su hogar, su trabajo, su reputación... Incluso la mujer que amaba.

¿Significaba que esta culpa los estaba cegando?

Hanji se negaba a creer que Zeke Frtiz fuera un asesino, no sólo porque le hubiera salvado la vida antes, sino porque Erwin, quien le presentó por primera vez dicha hipótesis, la había abandonado sin explicar la razón.

Levi también estaba molesto con Erwin, pero quizá sus sentimientos de culpa lo dirigieran a hacer todo lo contrario. Confiar en él ciegamente, ir a un maldito cementerio de noche para verlo porque no podía creer que su viejo amigo estuviera loco o tuviera malas intenciones detrás.

Esperaba que esa confianza ciega no lo dirigiera directamente a su tumba.

Le tomó un rato peinar el lugar de arriba a abajo, atento a cualquier movimiento sospechoso y con la mano siempre alrededor de su revolver de servicio, el cual conservaba oculto en el bolsillo de su abrigo. De no ser por sus nervios de acero, se habría sobresaltado varias veces, cuando las lechuzas pululaban en la oscuridad y se lanzaban al suelo para cazar algunos ratones solitarios que corrían entre las lápidas.

Cerca de medianoche, debía suponer, el cielo se despejó y la luz de la luna cubrió el sacrosanto con un brillo plateado.

Erwin no estaba por ninguna parte.

"Busca a Grisha Jeäger. Obtén respuestas con El Destazador", había dicho su nota.

No es que fuera un gran misterio, pensó mientras seguía recorriendo el lugar.

Veinte años atrás, "El destazador de Scotland Yard" había sido el apodo de Kenny, que adoraba matar a los policías que se metían en sus asuntos. Después de saber que su tío, su único familiar vivo, había secuestrado a la mujer que amaba y la había traumatizado de por vida, Levi había perdido cualquier consideración o excusa para sus crímenes. De no ser porque las pistas revelaron la identidad de Berthold Hoover, Levi no habría dudado en girar la investigación hacia Kenny, pero ahora, es como si todo volviera a él de nuevo.

Kenny sabía sobre Hoover, el propio Berthold se había referido a él en su diario.

Una semana después de resolver el caso, al final del funeral de Moblit Berner, Hanji le había contado con detalles su experiencia en las Dársenas con su tío. Le habló del rapto, de las ataduras, de los golpes, del frío abismal y del horror de ver a Moblit morir entre sus brazos.

Jack el destripador | Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora