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Eren

Una vez que la señorita perfecta se montó en la parte trasera de mi moto, arranqué el motor comenzando a conducir a la dirección que me dijo. Supe guiarme porque mencionó que su departamento no estaba tan lejos de la cafetería, además ella me iba indicando en qué calle doblar y por donde ir.

Una sonrisa socarrona se plasmaba en mi rostro cada vez que sentía sus manos tirar de mi chaqueta por temor a caerse. Se rehusó a tomar mi cintura para sujetarse, pero la atrapé colgándose de mi prenda un par de veces.

Al llegar al que era su departamento, no pude evitar alzar el rostro viendo hasta donde llegaba su edificio. Era jodidamente alto.

—¿No me vas a invitar a pasar? —pregunto divertido sin bajar de la moto.

—Espérame aquí, no tardaré.

Apenas dijo eso, se escabulló en la entrada y la perdí de vista.

Solté una risita silenciosa al ver su reacción. Sus mejillas se habían sonrojado ligeramente, aunque no sabría decir si era por el frío o por mi comentario.

Apagué el motor y me dediqué a esperarla.

Había aceptado traerla porque sentía algo de empatía con ella por el hecho de recién haber salido de una relación. Tampoco era un monstruo sin corazón y sin alma como ella de seguro pensaba y al parecer el muñeco de pastel rubio que estaba con ella todo el día solo era su amigo. Que haya terminado con ese tipo tal vez había sido la razón por la cuál la vi decaída un rato cuando estuvimos en la cafetería.

Estaba feliz.

La presentación había sido todo un éxito y hasta habíamos conseguido nuevos seguidores en la cuenta que compartíamos en Instagram. Fue idea de Connie crearnos una y aunque al principio me pareció una estupidez, ahora creo que nos beneficia bastante.

Saco mi celular revisando las nuevas notificaciones que tenía. La mayoría eran de seguidores nuevos, pero había algunas que me avisaban los likes recientes en mis fotos. También me encontré con dos mensajes de chicas proponiéndome planes para nada decentes, pero hoy quería pasarla con mis amigos.

Vuelvo a guardar mi celular en uno de los bolsillos de mi adorada chaqueta de cuero y bajo el soporte de la moto con mi pie para más comodidad. Me quedo apoyado en la moto unos minutos más hasta que vuelvo a ver la puerta del lobby abrirse.

Nerea sale del edificio luciendo como una jodida modelo de pasarela.

Viste los mismos botines negros y los mismos jeans azules pero esta vez tiene puesta una chaqueta de cuero cubriendo su torso delgado. Su cabello castaño revoloteaba ligeramente a causa del viento helado que corría, pero seguía luciendo implacable.

Se despide con una sonrisa amable del hombre encargado de cuidar el edificio y comienzo a plantearme si suele ser así de amable con todos menos conmigo.

Aunque digamos que el primer día que la vi no hice muchos méritos para agradarle.

—¿La princesa decidió disfrazarse de rockera? —molesté una vez se plantó en frente mío.

—Traigo lo mismo que tú, idiota.

—¿Eso significa que te vestiste igual que yo a propósito? —inquiero tomándola por sorpresa con una ceja alzada y una sonrisa ladina.

—N-no. —balbuceó con nerviosismo. —Fue lo primero que encontré, no te creas tan importante, Jeager.

Una carcajada sale de mis labios y vuelvo a acomodarme en la moto, siento cómo ella vuelve a subirse detrás de mí y recibe el casco que le extiendo como protección.

bad guy | eren jeager. (oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora