affogato.

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Nerea

Habían pasado casi dos semanas desde que conocí el lugar especial de mi hermano gracias a Eren. Fuimos un par de veces en su moto luego de la universidad ya que aún debía ayudarlo escogiendo el regalo de su madre, el cual terminó siendo un bonito juego de aretes y un collar de perlas que hasta el momento aún no tengo idea de dónde había sacado tanto dinero para ese regalo si no tiene un trabajo, que yo sepa.

Durante nuestra segunda visita a aquel sitio, decidimos llevar, bueno, decidí llevar algunos bocadillos para comer mientras avanzábamos con un proyecto que nos había dejado el nuevo maestro que sustituía a Levi. Para nuestra buena suerte, no era tan estricto como Levi pero nos dejaba más trabajos para presentar cada clase. Eren se había autoproclamado como mi nuevo compañero de escritorio haciendo que Ymir tenga que trabajar con un compañero que se sentaba detrás de nosotros. Me costaron dos cafés y un pastelillo gratis el que Ymir no se enoje conmigo por dizque "preferir al ogro" antes que a ella como compañera.

Eren y yo nos habíamos vuelto más cercanos. No sé si es el hecho que me ayudó a ir cerrando la herida que la muerte de mi hermano había dejado en mi o si tal vez era porque su personalidad era todo lo contrario a lo que me demostró cuando recién nos conocimos.

Había estado conociendo nuevas facetas de él.

La pasión que tiene por la música, cómo le brillan los ojos cuando habla acerca de la presentación que tendrán este fin de semana, y también descubrí que es todo un niño de mamá cuando hizo videollamada con ella la segunda vez que visitamos el jardín, como solemos llamarlo ahora.

La compañía de Eren era más que agradable, me hacía disfrutar el momento sin preocuparme en las cosas que tengo pendientes en la universidad o en si me alcanzará el dinero para mis gastos el mes que viene y todos esos pensamientos que me llenaban de ansiedad.

Me gustaba compartir tiempo con él y tengo algo de miedo estar confundiendo nuestra amistad con algo más. Mi corazón se acelera cuando él suelta algún comentario lindo acerca de mi cabello o de mis ojos, y me pongo nerviosa cuando sus amigos nos molestan a ambos diciendo cosas como que haríamos buena pareja.

Intento suprimir ese tipo de pensamientos y emociones ya que no sé si estoy lista para intentar algo con alguien luego de lo que pasó con Levi. Por más que me esforzara en hacer como si ya lo hubiera superado, de vez en cuando me entraban ganas de llorar y por más que hacía todo para no soltar ni una lágrima, la tristeza permanecía.

Mientras termino de lavar algunas tazas dentro de la cafetería, todos los demás estaban en una de las mesas grandes tomando algunas bebidas y postres que habían ordenado, Sasha sobre todo, amaba el pastel de durazno que Niccolo preparaba. Habían estado aquí desde hace una hora y esperarían que mi turno y el de Armin terminara antes de irse.

—¿Recibiste buenas propinas hoy? —me pregunta Armin regresando a mi lado de la barra.

—Mmh veamos...—me inclino hacia el pequeño cristal a una esquina de la caja registradora donde las personas solían dejar algunos billetes y monedas como propina, saco algunos y comienzo a contarlos. —Cuarenta y dos dólares, ¿tú?

—Cien. —suelta haciendo que entrecierre mis ojos con envidia.

—Pediría el puesto de mesera si no fuera tan torpe cargando tazas y vasos llenos de café, aunque prefiero este lado de la barra si me lo preguntas.

Armin ríe ante mi comentario y pronto comenzamos a guardar los utensilios e ingredientes que estaban esparcidos por toda la barra para comenzar el cierre de la tienda. Aún había algunos clientes sin contar al grupo grande de nuestros conocidos, pero no tardarían mucho en pedir la cuenta e irse del local.

bad guy | eren jeager. (oc)Where stories live. Discover now