macchiato.

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Nerea

Era viernes por la noche y me encontraba trabajando en la cafetería. Mi cabeza dolía como si fuera a estallar y mi vista se ponía borrosa cada cierto rato, debía ser por la fiebre. Gracias a mi desafortunada situación del lunes en donde estuve sentada bajo la lluvia por casi una hora casi congelándome, había pasado toda la semana enferma. Cada día se sentía peor que el anterior lo cual me extrañaba ya que no era de enfermarme muy seguido, pero sin duda esta vez me sentía como si fuera a desvanecerme en cualquier momento.

Me arrepiento de no haber seguido el consejo de Armin de pedirle el día libre a nuestro jefe, pero había decidido aguantar hasta que terminara el día. Solo quedaban veinte minutos de trabajo y me había estado escabullendo al almacén para tomar unos analgésicos y tomar mi temperatura cada hora.

Justo ahora me encontraba terminando de preparar un frappé de chocolate que lucía como el último pedido de la noche.

—No te ves nada bien, Nerea, deberías irte a casa, yo puedo encargarme de cerrar el lugar. —ofrece Marlo a mi lado y niego con la cabeza.

—Solo me queda este pedido, luego descansaré un poco en la parte trasera hasta que sea la hora de cerrar.

Marlo decide no insistir más, pero logro ver cómo mira a Armin con cierta preocupación en su mirada, quien luego voltea desde la caja registradora hacia mí, lo conozco q la perfección y sé que está a punto de decirme algo.

—Estoy bien. —vocalizo mientras me enderezo en mi sitio para verter el líquido espeso en los vasos descartables que usábamos para las bebidas.

Mientras más pensaba en el dolor de cabeza, peor me sentía así que pasé los últimos veinte minutos restantes manteniendo mi mente ocupada en otras cosas.

Fue un alivio ver que ya no quedaban más clientes antes de la hora de cerrar así que Hitch se encargó de dar por cerrada la tienda girando aquel cartel en la puerta que antes decía "Abierto". Cada trabajador se encargó de ordenar su espacio de trabajo, dejando todo listo para la siguiente jornada del día de mañana.

No había visto a Levi desde lo que pasó el lunes en su departamento. No sé si el universo al fin se había puesto de mi lado y evitó que lo viera durante toda la semana, pero estaba agradecida. No tengo idea de que podría hacer si se plantaba en frente mío, seguramente le daría una cachetada en frente de todos sus alumnos exponiendo nuestra relación, pero luego me ganaría un problema por agredir a un profesor de la universidad y no quería más dramas relacionados con Levi. Él dejaría de dictar clases la semana que viene e incluso estaba pensando en no asistir a su clase del lunes que sería en donde comunicaría que dejaría de ser el profesor del curso durante este semestre, tal vez estaré mejor sin ninguna despedida formal.

Sin olvidar que lo culpo de lo infernal que ha sido esta semana para mi luego de pasármela con fiebre y malestar todos los malditos días.

—Ya pueden retirarse, chicos. —suelta Niccolo saliendo de la cocina, tomándome por sorpresa mientras retiraba el delantal que cubría mi torso.

Todos agradecemos y comenzamos a alistarnos para finalmente salir de la cafetería. Mientras acomodo algunas cosas en mi bolso, mi vista comienza nuevamente a desenfocarse y mi cabeza a palpitar haciéndome llevar mi mano hacia ella apretando los ojos con molestia.

Por un momento pensé que el dolor de cabeza se había ido y que solo tendría que tratar la fiebre en casa, pero ahora dolía incluso más que antes y sentía mi cuerpo temblar por la fiebre. Intenté tomar mi bolso del pequeño locker donde lo guardaba, pero este se resbaló de mis manos y cayó al suelo. Me sentía completamente débil y ahí fue cuando comencé a asustarme.

bad guy | eren jeager. (oc)Where stories live. Discover now