Capítulo 2

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— ¿Cómo sabes mi nombre? —. Preguntó Fuutarou.

— El profesor me dijo que me sentara al lado tuyo y además me dijo tu nombre —. Respondió ella.

— Ya veo. No hace falta que me pidas permiso, los asientos son para todos —. Dijo Fuutarou.

— Lo siento, fue de mala educación no presentarme. ¡Mi nombre es Yotsuba Nakano! ¡Es todo un gusto! —. Yotsuba sonreía amistosamente.

— Igualmente —. Dijo Fuutarou.

Las clases por fin ya había comenzado, Yotsuba le pedía ayuda a Fuutarou sobre los temas que no entendía el cual la ayudaba en ciertos puntos de la clase. En la segunda clase no sucedió nada interesante, Fuutarou anotando todo en su cuaderno y ayudando un poco a Yotsuba.

La clase ya había terminado y Fuutarou que iba a buscar a sus dos amigos fue detenido por Yotsuba que le agarró el brazo derecho.

— ¿Que sucede, Nakano-san? —. Preguntó Fuutarou un poco apurado.

— Si no tienes nada mejor que hacer, me gustaría que me enseñarás la escuela a mi y a mis hermanas, si no es mucho pedir —. Respondió ella.

— ¿No es mejor que lo haga el presidente de la clase o el profesor? —. Dijo Fuutarou intentado huir.

— Siéndote sincera me gustaría que tú nos guiaras, siento más confianza contigo que con los demás —. Dijo ella.

— Lo siento, pero ahora mismo tengo algo que hacer, además no deberías confiar a la primera, algunas personas pueden aprovecharse de tu amabilidad —. Dijo Fuutarou impaciente. 

— Debí suponerlo, de igual forma gracias por la ayuda que me diste en clases, Uesugi-san —. Dijo Yotsuba que ya se iba detuvo su marcha y se devolvió donde se encontraba Fuutarou — Antes, me gustaría que me llamadas por mi nombre, por favor —.

— Está bien, Yotsuba —. Dijo Fuutarou.

— Bien. nos vemos luego, Uesugi-san —. Dijo ella y fue donde se ubicaban sus hermanas.

Fuutarou se fue a buscar a sus amigos pero no los encontraba por ninguna parte, fue a sus aulas y le preguntó a sus compañeros si lo habían visto recibiendo como respuesta que no tenían ni idea dónde se ubicaban. Estuvo así hasta que el timbre sonará y fue a su aula, derrotado volvió a su aula y como el profesor aún no llegaba aprovecho para llamarlos pero ninguno contestó, esto preocupaba a Fuutarou.

— (¿Donde demonios están, chicos?) —. Pensaba Fuutarou.

En eso, alguien más se acercaba a su puesto, Fuutarou lo notó y la miro dándose cuenta que no era nada más que Yotsuba solo que ya no tenía su listón, tenía dos listones de mariposa en el cabello y su rostro tenía una expresión más sería. 

— Hola de nuevo, Yotsuba. ¿Sucede algo? —. Dijo Fuutarou.

— Al parecer aún no nos reconoces, ni recuerdas quiénes somos —. Dijo "Yotsuba" que expresaba cierto enfado.

Fuutarou no entendió nada de lo que dijo "Yotsuba"

— En primer lugar soy Nino Nakano, Soy la hermana de Yotsuba, Fuu-kun —. Dijo Nino que tenía los brazos cruzados.

— Lo siento, es que en verdad son muy parecidas —. Dijo Fuutarou que al escuchar como lo llamo tuvo un ligero sonrojo.

— (¿Fuu-kun?) — Pensó — ¿Nos conocemos? —. Preguntó.

— Ya lo sabrás más adelante, Fuu-kun —. Dijo esta y le se fue a su puesto que estaba en la fila derecha.

Las palabras últimas de Nino confundieron demasiado a Fuutarou, las preguntas nuevamente invadían su mente. Primero las cartas y ahora las nuevas estudiantes ponían de pies arriba su situación.

La hora del almuerzo había llegado y Fuutarou dejo de buscar a sus amigos. Buscaba una mesa para sentarse y colocar todas las piezas en su lugar, Fuutarou escucho un gritó y vio que eran sus amigos sentados en una mesa bastante grande, Fuutarou fue donde se hallaban, aliviado y confundido. Una vez que llegó se sentó al frente de ellos.

— ¿¡Donde demonios estaban!? ¡Me tenían preocupado! —. Lo dijo enfadado.

— Hey, no hace falta que te enojes tanto. Yo y Takeda estuvimos en las sala de profesores arreglando algunos inconvenientes, solo eso —. Explicó Maeda.

— Además el idiota de Maeda se peleó con un profesor y lo mandaron con el director y a mi me dejaron como testigo y tuve que ir con el —. Dijo Takeda con voz cansada.

— ¿Y por qué no contestaban sus celulares ayer y en la mañana? —. Preguntó Fuutarou.

— Mi celular se descompuso y eso que era nuevo, tenía la pantalla y todos sus circuitos rotos —. Dijo Takeda.

— A mi me lo robaron, y lo encontré con los circuitos rotos y la pantalla rota —. Dijo Maeda.

— Vaya mierda — Dijo Fuutarou.

— ¿Por que nos llamabas y buscabas? ¿Sucedió algo? —. Preguntó Takeda.

— Si, sucedió algo — Fuutarou había llevado su mochila y busco las cartas dentro de esta — Ayer cuando revisaba mi mochila encontré dos cartas nuevas, y no solo eso. En la noche me llegó una carta en mi maldita casa y decía que nos conocíamos y esposas no sé qué — Fuutarou no encontraba las cartas y comenzó a sentirse nervioso — ¿Donde están? —.

— ¿Que sucede? —. Preguntó Takeda.

— No están... —. Dijo Fuutarou.

— ¿Que? —. Preguntó Maeda.

— ¡No están! ¡Juro que las tenía en mi jodida mochila! ¡Maldita sea! —. Exclamó Fuutarou.

— Calmate, Fuutarou. Enojando te no conseguirás nada —. Dijo Takeda.

— No lo puedo creer, pareciera que estuvieran jugando contigo —. Dijo Maeda que solo podía ver cómo Fuutarou se desesperaba.

Mientras que Maeda y Takeda veían a Fuutarou  entre la desesperación y enfado por lo sucedido un grupo de cinco mujeres se acercaban hacia ellos.

— Bueno, has perdido toda prueba sobre tus acosadoras. ¿Que haremos ahora?—. Dijo Maeda.

— Lo que podríamos hacer es... — Fuutarou fue interrumpido.

— Hola de nuevo, Uesugi-san —. Dijo una pelinaranja.

El trio de amigos comenzó a mirar donde provenía la voz y pudieron ver que eran las nuevas estudiantes que tenían una bandeja de comida y algunas tenían una sonrisa.

— ¿Yotsuba? —. Dijo Fuutarou con sorpresa.

— ¿Podemos sentarnos en su mesa? —. Preguntó Nino.

Los tres amigos desconcertados se miraron y cada uno pensó la misma respuesta.

— Si —. Dijo Maeda

— No —. Dijo Fuutarou

— Como quieran —. Dijo Takeda.

¡!

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Lo mismo de siempre.

Pueden opinar si les gusto o lo que les disgusto.

Nos vemos luego lectores.

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