Capítulo 14

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Los rayos del sol golpeaba suavemente aquellos rostros jóvenes que dormían plácidamente, cada uno durmiendo con posiciones diferentes.

La primera en despertar fue la tercera hermana, la misma que beso a Fuutarou cuando el estaba con la guardia baja.

Los bostezos no tardaron en llegar y su cuerpo le pedía un estiró de brazos, adormecida se refriega sus ojos y miro a su alrededor y vio como todas sus hermana dormían sin señales de despertar,  bueno, no todas. Noto que faltaba una de sus hermanas, Itsuki.

Su mirada adormecida gira a entorno a Fuutarou, el cual dormía con un hilo de saliva. La tercera hermana admiraba nuevamente el rostro del pelinegro, saboreando sus labios como si fueran dulces, el beso de aquella noche, el beso donde la luna era el único testigo de su egoísmo, sus mejillas teñidas de color rojo, esa noche fue excepcional.

La chica de los audífonos se acercaba al genio lentamente para observar más detalladamente al chico; sus ojos, su nariz, sus labios, sus jodidos labios tan adictivos. Su corazón volvía a latir con rapidez, ese deseo de volver a besarlo había vuelto. Cerró sus ojos, colocó sus labios en posición y lentamente acercaba sus labios, sus brazos que se estremecían y con todo la valentía que tenía beso por segunda vez al chico que tanto amaba.

Todo esa acción tan amorosa era grabada por un teléfono de color rojo por un pequeño orificio de la misma puerta de la habitación.

La chica que lo grababa apretaba fuertemente su teléfono. Quién diría que ir al baño tan temprano lograría ver tal escena tan inesperada. Una vez que Miku ya terminará su momento de romance, dejó de grabar y fue nuevamente al baño sin hacer ruido.

Ya dentro, guardo su teléfono y miro el vídeo, veía con indignación. Esperaba esto de Nino o Ichika, pero de ella jamás. Guardo su teléfono y comenzó a caminar hacia la habitación, abrió la puerta y miro por unos segundos a Miku la cual estaba en su futon durmiendo.

—«Al parecer a todas se les olvidó el estúpido plan. Supongo que yo también tendré que atacar, me preguntó en qué momento atacará yotsuba»—. Se dijo así misma para volver a su cama, aún era muy temprano.

.....

Los ojos de un pelinegro abrían lentamente mientras que el sol golpeaba con su luz dentro de la habitación, aquel chico estiró su cuerpo y se sentó en el futon, bostezando sintió sus labios un poco mojados y con sabor a una soda un tanto conocida.

—«¿Por qué mis labios saben a matcha si no tome ningún tipo de soda anoche?»—. Se preguntaba así mismo.

Fuutarou miro hacia las camas de sus estudiantes pero ninguna de ellas estaban, un segundo bostezo llegó, se levantó e iba a buscarlas pero antes de abrir la puerta alguien más la abrió, era su alumna más hiperactiva, Yotsuba y atrás de ella de encontraban las demás.

—Ya despertaste, Uesugi-san, pensé que habías muerto—. Decía Yotsuba.

—Por favor, no hagas bromas como esa—. Dijo Fuutarou.

—Y yo pensé que te tenía que dar un beso para despertarte—. Dijo Ichika coquetamente.

—Menos mal que desperté a tiempo—. Dijo aliviado.

—Ya basta de bromas, veníamos a decirte que el desayuno está listo—. Dijo Nino la cual tenía sus brazos cruzados.

—Entendido, déjenme cambiarme de ropa e iré de inmediato—. Dijo Fuutarou.

—Tómate tu tiempo—. Respondió Itsuki.

Fuutarou cerró la puerta de la habitación para poder cambiarse, mientras a las afueras de la habitación las hermanas intentaban espiar al pelinegro pero alguien las interrumpió.

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