Acosadoras

Capítulo 15

Cabañas, arboles, en pocas palabras una hermosa área verde. Dos adolescentes conversaban y admiraban el hermoso paisaje que los rodeaba.

—Así que el autobús de ese idiota se retraso, ¿No?—. Maeda tenía sus brazos cruzados.

—Correcto. Me avisó a través de un mensaje de texto—. Respondió el rubio.

—Ya veo, vaya suerte que trae en sus bolsillos.

Takeda dio suspiro que expresaba su enfadó—¿Y ahora que haremos?. La idea era que nos reuniéramos con él para divertirnos y explorar el lugar

—Solo nos queda esperar—. Aburrido, se sentó en las escaleras de la cabaña. El rubio no emitió ninguna palabra y se sentó al lado del, apoyo su cabeza con sus manos mientras tenía un rostro de aburrimiento.

El castaño suspira y se levanta—Voy a dar un paseo, ¿Vienes?

—Claro, por qué no—. Takeda también se levanta—Ademas, dudo que a nuestro compañeros quieran ayuda de nosotros.

—Voy a encontrar al que nos culpo falsamente y le daré la paliza de su vida.

—Yo igual, Maeda, yo igual...

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Dentro de un autobús más específico en los asientos de atrás, un pelinegro miraba por la ventana a las afueras, esperando a llegar rápido al campamento.

—«¿Cuánto falta para llegar?, Dios. Ya quiero estirar las piernas»—. Se quejaba en su mente. Mirar por la ventana casi todo el viaje es bastante aburrido. Dejo de pensar e intento acomodarse para dormir un rato, cerró sus ojos y dejó de pensar en el mundo exterior para así dormirse.

"Fuu-kun"

El genio escucho una voz femenina pero la ignoro.

"Fuu-kun, Fuu-kun"

Persistía la voz femenina que tanto lo llamaba, y la volvió a ignorar.

"¡¡Fuu-kun!!"

Tal gritó lo despertó de golpe y comenzó a mirar hacia todos los lados de manera agitada hasta ver a unas de sus estudiantes con sus brazos cruzados.

—N-nino, ¿Que s-sucede?, ¿P-por que me gritas?

—Te estaba llamando pero no despiertas, realmente tienes el sueño pesado—. Dio un suspiró—Como sea, ya llegamos...

—¡Ya llegamos al campamento escolar!—. Exclamó la chica del listón que llego de la nada y con su sonrisa alegre.

—¡Aahh!—. Dio unos pasos hacia atrás por el susto que le dio su hermana—¿Yotsuba?, ¿En qué momento llegaste?—. Preguntó Nino.

—Llegué mientras le gritabas a Uesugi-san que despertada y al parecer no te diste cuenta de mi presencia.

—No vuelvas hacer eso, me pegaste un susto de muerte.

—Lo siento, pero es que estoy muy emocionada.

—Ya me lo imagino, muy bien. mejor salgamos del autobús antes de que nos lleve hacia otro lugar—. Nino comenzó a caminar hacia fuera del autobús.

—Vamos, Uesugi-san—. Dijo Yotsuba que también comenzó a caminar para salir del autobús.

Fuutarou estiró su cuerpo por última vez y salió  camino hacías las puertas del autobús para salir de este. Afuera se encontraba las cinco hermanas reunidas esperando al pelinegro el cual ya había salido.

Itsuki tenía una mochila de más y extendió su brazo para dársela a Fuutarou—Ten, casi te olvidaste de tu mochila. 

—Te lo agradezco—. Agarró una parte de la mochila y se la puso.