Capítulo 12.

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El día más esperado por todos los adolescentes que estudiaban en la escuela asahiyama había llegado, y todos los alumnos estaban eufóricos a más no poder, entre ellos se encontraba uno que no mostraba para nada la emoción o alegría de aquel día, o mejor dicho, no sentía nada al respecto, un pelinegro que miraba de manera desinteresada a su alrededor y esperando impacientemente que esos tres días acabaran lo más rápido posible.

—«¿Donde cojones está Maeda y Takeda?» —. Pensaba el pelinegro —.

Fuutarou sabía perfectamente que ellos irían en autobuses diferentes, pero al menos quería hablarles para pasar el rato mientras los autobuses llegarán. Y en cuanto a las quintillizas, lo que el tenia entendido es que ellas se iban en la limosina de su padre.

Ya eran las ocho de la mañana y los autobuses ya estaban por llegar, Fuutarou que revisaba su mochila para ver si tenía todo lo necesario para su supuestas "vacaciones" o al menos podría llamarlo así. Los buses ya habían llegado y cada alumno se acercaba a sus buses asignados junto a sus profesores, Fuutarou que está con sus compañeros de clases de repente le llega un mensaje de un número desconocido diciéndole que fuera al baño que estaba cerca de los comedores, el pelinegro detuvo su marcha y miro hacia las puertas de la entrada de su preparatoria, sentía un enorme escalofrío y no era tan estúpido como para ir hacia allá pero nuevamente le llegó otro mensaje el cual decía:

"Tu amigo Maeda es un estúpido, ¿Por sigues siendo su amigo?"

—¿Maeda?, Que tiene que ver Maeda en es... Oh mierda —. Fuutarou guardo su teléfono y corrió lo más rápido posible hacia la dirección que aquella persona le había mencionado.

El pelinegro estaba desesperado, su amigo estaba en problemas. Seguía corriendo hasta llegar a y abrió la puerta bruscamente para notar que no había nadie allí, Fuutarou empezó a mirar hacia todos los lados para ver si encontraba algo y lo encontró el teléfono de Maeda en los lavamanos, intento prenderlo pero la batería había muerto, saco su teléfono y llamo a Takeda y después de unos segundos había sido respondido.

—¿Fuutarou? ¿Que sucede? —. Preguntó Takeda.

—¡Maeda!, ¿Sabes dónde está Maeda? —. Preguntó agitado.

—Si, lo vi esta mañana, estaba conmigo esperando los autobuses pero el muy idiota perdió su teléfono. ¿Por qué la pregunta? —. Takeda se notaba preocupado por la forma en la que Fuutarou hablaba.

—Menos mal  —. Dijo Fuutarou.

—¿Sucedió algo? —. Preguntó.

—No, es solo que encontré su teléfono en el baño que se encuentran cerca de los comedores —. Respondió.

—¿Enserio? ¡Eso es genial! Estuvo quejándose todo el día por qué perdió su teléfono —. Dijo Takeda.

—Bien, solo es eso. Nos vemos en el campamento —. Dijo Fuutarou.

—Date prisa, tu autobús ya está por irse —. Dijo Takeda.

Fuutarou colgó y bebió un poco de agua, la carrera hacia la "búsqueda" de Maeda realmente lo dejo agotado, pero mientras caminaba no podía sacarse de la cabeza sobre el masaje que le había llegado, tendría que ser muy tonto para no darse cuenta de que era la acosadora y viendo la situación tendrá que buscar una solución por si mismo, ya no piensa contar con la ayuda de Maeda y Takeda por el miedo a que ellos resulten heridos, y ese mensaje dejo claro que esa chica está más loca de lo que pensaba.

—«Por lo visto tendré que buscar una solución más apta, el rechazo ya dejó de ser una solución» —. Pensó el pelinegro que para dejar de pensar en eso vio la hora en su teléfono y se dio cuenta de que era demasiado tarde —¡Mierda¡ —. Empezó a correr.

Acosadoras Where stories live. Discover now