capítulo 4

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[Claro] - Mensaje de Fuutarou.

El dedo del pelinegro se estaba acercando al botón para enviar el mensaje pero antes de hacerlo la desconfianza se apoderó de el, Maeda no era alguien tan respetuoso y su último mensaje era lo suficientemente respetuoso para ser el Maeda que conoce. Borró todo el mensaje que planeaba decirle y comenzó a escribir otro.

[Cambió de planes, mejor no te diré nada] - Mensaje de Fuutarou.

[¿Y se puede saber por qué?] - Mensaje desconocido.

[Por qué conozco a Maeda] - Mensaje de Fuutarou.

Fuutarou bloqueó al desconocido y escucho que su hermana lo estaba llamando, fue de manera inmediata y dejó su celular en su escritorio. 

Ya una vez abajo vio a su hermana y padre cenando y esperando al pelinegro para comer en familia.

Estuvieron comiendo, conversando y riendo. El ambiente tan cálido, cómodo era lo suficiente para darse por provecho.

— ¿Y como te va en la escuela, hijo? —. Preguntó su padre.

— Bien, hablando con los idiotas de Maeda y Takeda y esforzándome en sacar buenas notas. Lo normal —. Mientras que su cuchara llena de curry llegaba a su boca.

— Quién diría que esos dos te terminarían cambiando más de lo que todos pensando, recuérdame agradecerles por eso —. Miraba a Fuutarou con su típica sonrisa.

— No es para tanto, viejo —. Seguía comiendo.

— Como digas. Y tu hija, ¿Cómo te ha ido en la escuela —.

Y así estuvieron por un buen rato. Duraron veinte minutos cenando y hablando, una vez que todos terminarán de comer cada uno saco su plato, vaso y utensilios para lavarlos. Fuutarou que se ubicaba en su habitación quiso darle un tiempo a sus estudios, vio de reojo su celular y recordó el mensaje de aquel desconocido. La situación estaba llegando demasiado lejos, lo de las cartas ya era entendible pero ¿usar a uno de sus amigos? ¿Quién haría algo tan posesivo? Mañana hablada de esto con sus amigos para poder idear más de un plan, Fuutarou dejo su cuaderno en el escritorio y prefirió ver por su ventana las estrellas que adornaban el azul y hermoso cielo. Las ganas de estudiar se habían marchado al igual que esos recuerdos de aquellos mensaje que no lo dejaban pensar con claridad. Estuvo así unos 15 minutos y dejó de ver el cielo y cerró la ventana, ya le había dado frió. Se dirigió al baño y fue a darse un baño para refrescar su cuerpo y mente, debía admitir que los baños con burbujas era de lo mejor. Ya una vez listo fue a su habitación y se secó el cuerpo con la toalla y una vez seco comenzó a vestirse y prepararse para dormir. Dio su último reojo a su ventana y fue acurrucarse en su cama que estaba hecha y bien sacudida. Fue una noche Totalmente normal.

Las clases habían comenzado ya hace algunas horas y un trio de amigos hablaba sobre cierto tema en específico.

— No puedo creerlo —. Lo decía Takeda con incredulidad.

— Vaya, menos mal que no le dijiste nada —. Lo dijo Maeda que apesar que no lo demostraba tenía preocupación por su amigo.

— Lo sé, esto se está saliendo de control, más de lo que podemos llegar —. Dijo Fuutarou con seriedad.

— ¿Entonces que haremos? —. Preguntó Maeda.

— Seguiremos el plan —. Dijo Fuutarou con determinación.

— ¿Estás seguro de esto? Puedes terminar arrepentido de esto —. Dijo Takeda.

— Si, estoy seguro de esto. No Podemos dar marcha atrás, necesitamos pruebas para saber si son ellas o no —. Dijo Fuutarou.

Acosadoras Where stories live. Discover now