Chapter ten.

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐙───────────────Primer castigo grupal

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐙
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Primer castigo grupal.

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OMNISCIENTE.

Lola creía que nunca antes había estado tan nerviosa, y su estómago dolía cada vez que sus ojos se abrían en la madrugada, encontrándose nada más que oscuridad y su techo.

Luego de que todos los presentes dentro de la sala común limpiaran e hicieran desaparecer el desastre, Harry les dio la advertencia de que hablaría con cada uno a partir del domingo.

Es decir, hoy.

Y antes de que se fuera con total decepción, volvió a encontrar su mirada con la de Lola.

Harry sentía cierta desilusión; veía a Lola como una estudiante más que responsable, buena y sin una pizca de mentirosa. Pero tras haber hecho memoria, recordó que ella le había dicho que sólo pasarían la noche en su cuarto.

No que realizarían una fiesta que era estrictamente prohibido hacer.

Claramente observó a su hijo de la misma forma, notando que el alcohol abordaba casi todo su cuerpo y que ni siquiera podía estar de pie.

Sintió como si hubiera hecho algo mal en todos los años de crianza que le dio a él y sus otros hermanos. Detestó ver en la mirada del chico el terror pese a la ebriedad; era consciente de que le desobedeció y de su error.

Scorpius y Némesis también lo eran; para el menor, Harry era como un segundo padre, y decepcionarlo a él era como decepcionar a Draco.

La habían cagado en grande, y les costaría demasiado solucionar ese problema.

Lola a las seis con cuarenta minutos pudo conciliar el sueño, pero sus ojos se abrieron nuevamente cerca de las diez de la mañana, percibiendo la luz tenue de la habitación gracias a la lámpara de Némesis.

Ella estaba sentada en su cama con la espalda en la cabecera y las piernas flectadas contra su pecho.

—Buenos días. —murmuró sin verla.

Se quedó en silencio unos segundos, acomodándose igual que ella. —Hola.

Su cabeza dolía como si un martillo estuviera golpeándola, y su estómago pareció activar automáticamente el dolor que ha estado sintiendo toda la noche.

—¿Hace cuánto despertaste? —preguntó, girando la cabeza hacia la pelinegra.

—Diez minutos. —respondió, también viéndola— Vino Albus, dijo que el señor Potter quiere vernos a las once en su oficina.

SUNFLOWER | Harry PotterWhere stories live. Discover now